sábado, 14 de junio de 2008

Navantia se asocia a Santa Bárbara e Indra para optar a fabricar cerca de 500 blindados para Defensa

CARTAGENA.- El astillero público Navantia se ha integrado en una asociación de industrias militares para optar a uno de los programas más ambiciosos del Ministerio de Defensa español: el Plan de Renovación de Vehículos Blindados, que podría suponer para la empresa cartagenera el contrato de fabricación de medio millar de motores y su posterior mantenimiento.

Navantia tendrá como socios a Santa Bárbara e Indra, entre otras compañías especializadas en tecnología para la defensa y seguridad, según han informado fuentes próximas a Defensa. Este consorcio está a la espera de que el Gobierno publique el concurso para la provisión de un nuevo paquete de blindados de escuadra (cuatro ocupantes) y pelotón (ocho ocupantes) del tipo 8x8 (de cuatro ejes y ocho ruedas).

El programa de renovación se puso en marcha en noviembre del año pasado con la adquisición con carácter urgente de los primeros 40 vehículos blindados, valorados en 14,4 millones de euros, y que ya están al servicio de las Fuerzas Armadas para las misiones militares en Afganistán y Líbano. En febrero se adjudicó la compra de otros ochenta del tipo MLV a una filial de la italiana Iveco.

Después, Defensa sacó a contratación la compra de otros cien vehículos y llegó a preseleccionar entre tres ofertas la del blindado denominado MRAP, desarrollado por la empresa sudafricana BAE en colaboración con la española Santa Bárbara. Sin embargo, los cambios en Defensa tras las últimas elecciones y los problemas de seguridad detectados en los blindados MRAP que utiliza el ejército de Estados Unidos en Irak han llevado a las autoridades españolas a replantear el concurso.

Las posibilidades de que Navantia Cartagena pueda beneficiarse de este contrato dependerán del número de empresas que concurran a los distintos concursos que convoca el Ministerio y del tipo de vehículo que ofrezca el consorcio en el que participa.

El plan de renovación de vehículos blindados 8x8 de nueva generación tecnológica contempla una inversión de 321 millones de euros y la adquisición de 575 unidades, que deben sustituir a los viejos BMR, Vamtac y Anibal hasta el 2010.

La CNMV no ve asegurada la emisión de cuotas participativas de la CAM como para permitirla

VALENCIA.- La CAM tenía programada su ´salida a bolsa´ el pasado 5 de junio. Sin embargo, la CNMV todavía no le ha dado el visto bueno y continúa analizando al detalle todos los epígrafes del folleto de emisión de las cuotas participativas. Mientras tanto, la coyuntura bursátil y financiera sigue sin acompañar, según publica el semanario económico "El Boletín".

El gozo en un pozo. Cuando todo estaba previsto para que Caja Mediterráneo (CAM) recibiera el pasado jueves 5 de junio el visto bueno al folleto informativo de su ´salida a bolsa´, tal y como lo tenía programado la entidad alicantina, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sigue sin dar luz verde a tan histórica operación.

Desde el propio organismo regulador han confirmado a este semanario que continúan estudiando el folleto, pero sin dar más pistas al respecto y mucho menos sin manifestar cuándo será verificado.

Normalmente dichos procesos se suelen aprobar los martes y jueves por la tarde, aunque desde la propia CNMV han manifestado que "el folleto puede aprobarse cualquier día de la semana". Lo cierto es que de las once salidas que se llevaron a cabo el pasado año, salvo la de Realia que se aprobó un viernes y la de Solaria (un martes), el resto, coincidencias de la vida o no, recibieron el visto bueno un jueves.

Según ha podido saber este semanario, uno de los aspectos sobre los que más está incidiendo la CNMV es el correspondiente al de los factores de riesgo. Y uno de ellos es, sin duda, el hecho de que la emisión no vaya asegurada por ninguna entidad, al contrario de lo que suele ser norma habitual en cualquier salida a bolsa que se precie.

Claro que la CAM cuenta a su favor con una amplia red comercial, que a priori no debería tener problemas para absorber el tramo minorista, que contempla dos tercios de los 300 millones de euros de la emisión.

"El Boletín" ha preguntado a la caja alicantina si la CNMV les ha puesto muchas objeciones a su OPS, entendiendo por objeciones los factores de riesgo que debe incluir todo folleto informativo, a lo que fuentes de la CAM han comentado que "de momento no tenemos conocimientos de ello".

Lo que sí ha podido constatar este semanario es que diversas cajas de ahorros se han puesto en contacto con la entidad presidida por Vicente Sala para seguir sus pasos. Las mismas fuentes de la CAM han reconocido que "varias cajas se han interesado por nuestra operación".

Como también se ha interesado, a decir de la propia caja, mucha gente preguntando por la ´salida a bolsa´, pero "sin llegar a más formalismos dado que primero tiene que dar el visto bueno la CNMV".

De momento tampoco ha trascendido el código que va a utilizar la CAM en bolsa. Fuentes de Sociedad de Bolsas, la sociedad encargada de la gestión y funcionamiento del Mercado Continuo, reconocieron a este semanario el viernes 6 que "todavía no tiene asignado código alguno".

Cóleras populares / Serge Halimi

Empleados, cuadros preocupados por el precio de su alimentación diaria; trabajadores pobres, jubilados hurgando en los tachos de basura de los supermercados: la cuestión del “poder adquisitivo” disuelve el crédito de los gobiernos actuales.

En Francia, en Italia, en el Reino Unido, las formaciones políticas en el poder sufrieron humillantes derrotas en las elecciones municipales. En Estados Unidos, el partido republicano perdió desde marzo pasado tres de sus bastiones en las elecciones legislativas parciales. Una de las circunscripciones le fue fiel por treintaitrés años, otra por veintidós. En la tercera, el candidato saliente había sido reelegido en el escrutinio anterior con el 66% de los votos.

Para una mayoría de la población, la vida cotidiana se hace más dura. En Italia y en España, el mal se imputa al euro. Pero, la “canasta de consumo” británica también cuesta un 15% más que hace un año. Y, en el mismo lapso de tiempo, el precio de los huevos aumentó un 30% en Estados Unidos, el de la leche, los tomates, un 15%, el del arroz, de las pastas, del pan, un 12%. Ni el precio de los alquileres ni los de la energía logran aplacar la herida...

Un retorno –aleatorio– al crecimiento no resolverá el problema de fondo. Invirtiendo un famoso dicho de 1953 (“Lo que es bueno para General Motors es bueno para el país”), el ex secretario del Tesoro estadounidense, Lawrence Summers, acaba de admitir que “lo que es bueno para la economía mundial y los campeones del business, no es necesariamente bueno para los asalariados”. Motivo invocado para semejante vuelta de tuerca: “Un desacople tal vez inevitable entre el mundo de los negocios y el de las naciones” (1).

Inevitable, pero no imprevisto... Consecuencia de una guerra a los salarios llevada a cabo en nombre de la búsqueda de “competitividad” y de la caza al “costo del trabajo”, el estancamiento o el retroceso del poder de compra nacieron de elecciones políticas.

El economista Alain Cotta recuerda que en Francia, con el fin de la indexación de los salarios sobre los precios, en 1982, “los socialistas le hicieron a la empresa privada el regalo más considerable que ésta haya recibido de los poderes públicos”.

De hecho, el entonces ministro de Economía y Finanzas francés, Jacques Delors, no escondió su satisfacción: “Obtuvimos la supresión de la indexación de los salarios sin una huelga” (2). ¿Se habrá aprendido la lección en varios países europeos? Huelga de los obreros alemanes en marzo pasado, de los docentes británicos en abril, de los camioneros griegos y de los pescadores franceses en mayo.

Para quien se niega a ver que la baja de los ingresos del trabajo en la riqueza nacional explica los problemas actuales del nivel de vida (3), nunca faltan las “soluciones” de recambio. Más hipermercados para “aumentar la competencia entre los distribuidores”, como propone el presidente francés Nicolás Sarkozy.

Mayores “sacrificios” para que el aumento de los precios de los alimentos o de la energía sea absorbido sin contrapartida por los asalariados. Y que así comulguen con los objetivos sagrados (2% de inflación) que obsesionan a un Banco Central Europeo preocupado por, sobre todas las cosas, complacer a los rentistas y a “su” poder de compra.

En cuanto a los otros, siempre pueden, como el ávaro de Molière, “hacerse un banquete con poca plata”.

El Director general del Centro de Investigación para el Estudio y la Observación de las Condiciones de vida (Credoc, en francés), Robert Rochefort, se los sugiere: “El consumidor deberá aprender a optimizar su presupuesto. Lo que de hecho ya hace bastante bien. Pero sin quejarse, aceptando que el poder adquisitivo se convierta de aquí a poco en una noción más cualitativa, una capacidad de arbitrar entre distintos gastos, en resumen, un poder de elegir sus compras” (4).

Un sociológo le pisa los talones: “Se puede perfectamente seleccionar sus comunicaciones telefónicas. Del mismo modo para el alquiler: se puede elegir mudarse a una vivienda más barata” (5). Trabajar más tiempo, vivir peor: en ausencia de un freno inspirado en un precedente de hace cuarenta años, el destino propuesto tiene el mérito de ser claro.
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1 Lawrence Summers, “A strategy to promote healthy globalisation”, Financial Times, Londres, 4-5-08. 2 Alain Cotta, La France en panne, Fayard, París, 1991, p.46; y declaraciones citadas por Jean Lacouture y Patrick Rotman, Mitterand. Le roman du pouvoir, Seuil, París, 2000, p. 132. 3 En Estados Unidos, el ciclo de crecimiento 2000-2007 concluyó con la mitad de las familias con ingresos inferiores a los de siete años antes, una situación sin precedente histórico. 4 Challenges, París, 6-12-07. 5 Gérard Mermet, Les Echos, París, 21-4-08.