lunes, 26 de enero de 2009

Agricultores de California abandonan sus campos por sequía

SAN FRANCISCO.- Los agricultores de California han comenzado a abandonar sus campos de cultivo ante la grave sequía en el estado, que podría generar un aumento en los precios de lechuga y melones en las tiendas minoristas de Estados Unidos.

La región de California conocida como el Valle Central produce la mayoría de las frutas y vegetales del país, pero esta temporada miles de hectáreas se han convertido en polvo ante una de las peores sequías en casi dos décadas en el estado.

El anuncio reciente de las autoridades federales de que podría restringirse más todavía el suministro de agua en estado agrícola más grande del país hizo que John Giacone renunciara al cultivo de vegetales para poder irrigar 4000 hectáreas de árboles de almendras.

"Quitarle agua a un agricultor es como quitarle un tubo a un plomero", dijo Giacone, que pertenece a una familia de agricultores de la pequeña comunidad de Mendota. "¿Cómo puedes llevar el negocio así?"

Las compañías agricultoras gigantes de California son el principal motor económico en el valle, que produce todos los melones del país en los meses del verano y la gran cantidad de lechuga estadounidense cada primavera y cada otoño.

Este año las autoridades del condado de Frenso han pronosticado que los agricultores podrán producir unas 2.400 hectáreas de lechuga, apenas la mitad de las hectáreas destinadas a la producción de vegetales en el 2005.

Esa reducción podría causar un aumento en el precio a los consumidores, a menos que las compañías productoras de lechuga puedan remediar la falta de suministro al cosechar en zonas con cantidades de agua suficientes. Otra de las opciones para controlar el aumento en el precio es que el costo de refrigeración, empaque y envío de las cosechas pueda disminuir inesperadamente, según los expertos en el ramo.

"La lechuga viene del campo y va directo al mercado, si no hay algo que venga del campo entonces la cadena de mercado se agota y los precios aumentan", dijo Gary Lucier, un economista agrario del servicio de investigación del Departamento Federal de Agricultura.

Aunque el clima seco ha exacerbado el problema, los temores de los agricultores no están totalmente relacionados con la sequía.

Los suministros de agua para las cosechas y las ciudades también han sido restringidos por decisiones legales que recortan las asignaciones del líquido a lo largo de un estuario de agua dulce llamado el delta de Sacramento-San Joaquín, el principal conducto del agua para casi dos tercios de los californianos. Grupos ambientalistas y científicos federales argumentan que la extracción masiva del delta es uno de los factores que han hecho que los peces endémicos estén al borde de la extinción.

El año pasado los envíos de agua del gobierno federal sumaron sólo el 40% de las asignaciones regulares, lo que desecó cientos de miles de hectáreas y causó pérdidas por casi 309 millones de dólares en las cosechas en todo el estado, poniendo en peligro cosechas de alto valor como vides, almendras o pistachos.

Las reservas federales de agua están a su nivel más bajo desde 1992. Ante esta perspectiva tan negativa, muchos agricultores de California, incluyendo a Giacone, han comenzado a invertir millones para perforar pozos a cientos de metros de profundidad en busca de nuevas fuentes del líquido.

Las reservas federales de agua podrían reducirse a la mitad, dependiendo la cantidad de lluvia de este invierno, lo que obligaría a los productores a apostar únicamente al agua salobre. La Oficina de Rehabilitación del Departamento del Interior (US Bureau of Reclamation), encargada del suministros de agua, no tomará una decisión oficial hasta finales de febrero, dijo Ron Milligan, supervisor de las operaciones de la dependencia en el Valle Central

El Departamento de Recursos Acuíferos del Estado, que también se encarga del envío del agua para las agricultores, ha prometido suministrar el 15% de las cuotas normales en octubre, pero las condiciones son tan adversas que ahora también está en duda eso.

"Se espera que las consecuencias sean bastante horribles en términos de ingresos para los agricultores, pero lo que es más desconcertante es la posible pérdida de empleos", dijo Wendy Martin, encargada de la división de sequías de la dependencia. "Aquellas comunidades que tengan menos posibilidades de enfrentar una crisis económica y climática serán las más afectadas".

Richard Howitt, profesor de economía agraria en la Universidad de California con sede en Davis, cree que unos 1.600 millones de dólares en sueldos relacionados con la agricultura y hasta 60.000 empleos en el valle podrían perderse en los próximos meses por la falta de agua.

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