lunes, 5 de enero de 2009

Argentina quiere revertir al sector público las empresas privatizadas por el neoliberalismo

BUENOS AIRES.- El gobierno argentino anunció el último lunes del año que intervendrá por 120 días la empresa energética Transportadora de Gas del Norte (TGN), luego que la firma declarara la moratoria de pagos de una millonaria deuda con sus acreedores.

El ministro de Planificación, Julio De Vido, explicó, según la BBC, que se tomó la decisión para evitar que TGN tuviera problemas en cumplir con sus prestaciones.

"Es vital y fundamental que las empresas de este tipo tengan condiciones financieras que no vayan en desmedro de la calidad del servicio y mucho menos del mantenimiento de la infraestructura", dijo el funcionario.

De Vido añadió que un interventor del Estado, el experto en energía Roberto Darío Pons, "coadministrará" TGN y se encargará de "fiscalizar y controlar todos sus actos".

El ministro de Planificación fue más allá y advirtió que el gobierno podría asumir el control total de la firma si fuera necesario: "Si nosotros vemos que la empresa está en situación de default por problemas de su administración, vamos a tener que tomar el manejo".

TGN se dedica al transporte de gas natural por tuberías de alta presión en el centro y norte del país. Opera 5.700 kilómetros de gasoductos, entre ellos uno que vincula a Bolivia con Argentina, y 17 plantas compresoras.

Su sistema alimenta a la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, que es la zona más densa del país desde el punto de vista de la población y la producción.

El hidrocarburo se utiliza para los hogares, el transporte, la industria y la producción de energía eléctrica.

Además, gasoductos vinculados al sistema principal llevan gas a Brasil, Chile y Uruguay.

La semana anterior TGN -controlada por capitales locales, de Estados Unidos, Francia y Malasia- anunció que no pagaría el vencimiento de una deuda de 22 millones de dólares y que buscaría reestructurar todo su pasivo.

La firma aseguró que sus problemas financieros se debían al congelamiento de las tarifas de gas, a la caída de los ingresos por transporte de exportación y al aumento de los costos.

La decisión de intervenir TGN fue considerada por los analistas como un nuevo "avance" del gobierno argentino sobre las empresas de servicios públicos que fueron privatizadas en la década de los años 90.

En los últimos años, primero la administración de Néstor Kirchner (2003-2007) y ahora la de su esposa, Cristina Fernández, han impulsado un rol más activo del Estado en la economía.

En 2008, el gobierno promovió la expropiación de la empresa de bandera Aerolíneas Argentinas y la estatización de los fondos privados de pensiones.

Previamente volvieron a manos del Estado el correo, el servicio de saneamiento de agua, el espacio radioeléctrico y algunos ramales ferroviarios.

Según los observadores, esta serie de nacionalizaciones emprendidas en Argentina se suman a las que ya han realizado Venezuela y Bolivia para revertir reformas neoliberales aplicadas en décadas pasadas.

Al anunciar la intervención de TGN, el ministro De Vido advirtió que el gobierno también podría quitarle la concesión a la distribuidora eléctrica Edelap, filial de la estadounidense AES, si no cumple con el plan de inversiones que presentó recientemente.

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