viernes, 23 de enero de 2009

Las "low cost" cortan las alas a las compañías tradicionales

LONDRES.- Las aerolíneas de bajo coste europeas marchan viento en popa en este período de crisis económica que, por el contrario, ha cortado las alas a las grandes compañías tradicionales, como señalaron los buenos resultados dados a conocer por la británica EasyJet.

Esta última anunció un aumento del 32% en su volumen de negocios entre octubre y diciembre, con un incremento en el número de pasajeros del 10,1%. En ese mismo período, Air France-KLM sufrió una pérdida de explotación de 200 millones de euros, según cifras difundidas por el grupo franco-holandés el miércoles por la noche.

"Las grandes compañías de bajo coste como EasyJet y la irlandesa Ryanair aprovechan que los pasajeros cada vez miran más los precios", observó un analista, que pidió el anonimato.

Hacen promociones continuamente y, al mismo tiempo, abren nuevas rutas, a menudo no cubiertas por las aerolíneas tradicionales.

Este es el caso de EasyJet con escalas fuera de las tradicionales grandes ciudades en España e Italia, dos de los mercados más rentables de Europa.

"Tienen políticas de precios muy agresivas y se han hecho con buenas partes del mercado", añadió el mismo analista.

Sobre todo porque en el caso de Italia, Alitalia, la ex aerolínea de bandera en la que Air France-KLM acaba de tomar una participación, redujo su oferta para limitar los elevados costes de su flota obsoleta.

Ryanair, por ejemplo, lanzó una oferta antes de Navidad proponiendo durante 12 días un millón de billetes a partir de un euro para sus vuelos de enero y febrero. Así, en diciembre, aumentó sus pasajeros en un 11% mientras que British Airways vio cómo se reducían en un 4,5%.

Para contrarrestar la ofensiva de precios, Air France-KLM anunció el martes una disminución en sus tarifas a partir del 3 de febrero de entre 2 y 60 euros para los billetes ida y vuelta en vuelos internos franceses.

Además, las compañías de bajo coste se benefician también de la necesidad de ahorrar de las empresas, cada vez más cuidadosas con el coste de los viajes de sus dirigentes.

Estos son pasajeros más lucrativos para las aerolíneas que los turistas, pues están dispuestos a pagar los billetes más caros, y últimamente se dejan seducir en un mayor número por EasyJet.

Asimismo, y debido a la ralentización del comercio mundial, las compañías tradicionales han visto reducirse sus actividades de transporte de mercancías.

En diciembre, un mes tradicionalmente dinámico dadas las fiestas navideñas, el transporte de mercancías y correo de la alemana Lufthansa cayó un 21,4%. El de British Airways un 14,3% y el de Air France-KLM un 20,4%.

Este es un mal que no conocen las compañías de bajo coste, ya que no se dedican al transporte de mercancías. Presentes en los trayectos de medio alcance, con aviones pequeños, no cubren las grandes rutas comerciales entre Europa y Asia o América.

También se aprovechan de un petróleo menos caro, pues no compran el carburante con el sistema de "cobertura" que usan las compañías tradicionales, es decir, comprar el queroseno a un precio fijo anticipadamente para protegerse contra posibles alzas.

Este método, dada la actual bajada de los precios del crudo, ha hecho que Air France-KLM haya pagado su carburante más caro de lo que ahora cuesta.

En todo caso, el futuro se presenta incierto para todas las aerolíneas, tanto tradicionales como de bajo coste.

El jueves, EasyJet mantuvo "su previsión de beneficios en el conjunto de su ejercicio", dependiendo eso sí de "los tipos de cambio y de los precios del carburante actuales".

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