lunes, 26 de enero de 2009

Brown apela a un nuevo regulador financiero mundial como propuso "hace diez años" y a apartar el "pesimismo"

LONDRES.- El primer ministro británico, Gordon Brown, propuso hoy una reformulación integral del sistema financiero que priorice la creación de un "riguroso" regulador de la actividad económica como el que él mismo planteó "hace diez años" para evitar crisis como la actual y ante la que apeló a abandonar el "pesimismo".

En una convocatoria de la 'Foreign Press Association', Brown esbozó su planteamiento para el futuro de una economía "interconectada" en la que la evolución de los mercados exige de respuestas "coordinadas" entre países y un incremento de la cooperación que garantice la "estabilidad" y la "transparencia" frente a la incertidumbre y la "excesiva exposición" de los mercados.

Al respecto, recordó que en una intervención hace una década en la universidad norteamericana de Harvard ya había propuesto un sistema de alerta temprana que detectase la generación de crisis, a la vista de las consecuencias que la intensificación del crecimiento global y el alcance de los mercados generaban para convertir en "interdependientes" a todos los agentes implicados.

Por ello, instó a aprovechar las "lecciones" del actual colapso de los mercados y del "fallo sin precedentes" registrado para erigir un modelo en el que los flujos financieros se encuentren mejor controlados por las autoridades internacionales, que deberán reforzar sus poderes mediante la "ampliación de las posibilidades de actuación", de la propia infraestructura global de la economía y los incentivos a su capacidad de interlocución con las grandes compañías.

Así, a poco más de dos meses de la celebración en Londres de la cumbre del G-20, el mandatario británico confió en que la reunión permita "construir el esquema necesario" en el que se priorice la apuesta por un sistema de alerta temprana para una "nueva era de cooperación global". "Los bancos y los complejos mercados ya no son individuales, están conectados", insistió, en el sentido de que "tampoco ya ningún país es una isla".

En consecuencia, confió en que la nueva regulación internacional que aspira a promover en la cita del 2 de abril priorice un "funcionamiento estándar" del sistema de alerta que, además, desincentive las recompensas a corto plazo y premie la recuperación sostenida en el tiempo: "Hay que entender la magnitud de los riesgos adoptados".

Para lograrlo, entre las grandes convocatorias que prevé organizar antes de la cumbre figura una reunión con los directores ejecutivos de los principales bancos mundiales para estudiar "cómo enfrentarse" a esta situación y allanar el terreno para el nuevo armazón que deberá sustituir a un sistema que, actualmente, consideró "inadecuado" y que, a la vez, elimine la "amenaza del proteccionismo".

No obstante, juzgó necesario que, como estado de opinión, los dirigentes económicos sustituyan el "pesimismo por la esperanza" en el sentido de que, pese a ser "claros: ha habido un huracán internacional, se han tomado acciones" que, en el caso de su país, lo han dejado "mejor posicionado" que en tiempos anteriores para hacer frente a los reveses de la economía. "Reino Unido liderará la reforma del sistema internacional y evitará que crisis como ésta ocurran de nuevo", declaró.

Con todo, paralelamente recalcó que la actual crisis "no tiene precedentes" y, por tanto, "para que una sola nación salga de esto, será necesaria la cooperación mundial, porque se trata de una crisis global" que exige de "nuevos estándares en todos los países". "Debemos crear una estructura para la gobernación internacional de la que actualmente carecemos", incidió, teniendo en cuenta para ello los "déficits estructurales" de los que se parten.

En este sentido, los críticos con su gestión de una década al frente del Tesoro le reprochan la excesiva dependencia que Reino Unido ha venido manteniendo del sistema financiero como motor de la economía y que, en un contexto de crisis como el actual, podría complicar aún más la recuperación.

Sin embargo, el primer ministro subrayó hoy que un deuda pública baja, al igual que la inflación o los intereses ponen al país en una "mejor posición" que en el pasado para hacer frente a la recesión en la que ya se encuentra el país. Unas circunstancias a las que, según él, se añade el hecho de que el Gobierno "ha tomado acciones pronto para recapitalizar los bancos", proponer estímulos fiscales y, por último, incentivar la recuperación del préstamo.

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