Bruselas calcula que esta iniciativa permitirá ahorrar 18.000 millones de euros en el conjunto de la UE.
La propuesta suprime las disposiciones vigentes de la normativa comunitaria sobre IVA que obstaculizan la facturación electrónica y establece el principio de que se tratarán las facturas de papel y las facturas electrónicas de la misma manera. Ello permitirá a las empresas adoptar sistemas de facturación 100% electrónicos.
El comisario responsable de Fiscalidad, László Kovács, destacó que en la actualidad las reglas de facturación nacionales en el dominio del IVA "son excesivamente complicadas y diversas, lo que supone cargas administrativas inútiles para las empresas que ejercen actividades transfronterizas y facilita los fraudes tipo 'carrusel'".
Con los cambios propuestos, las reglas de facturación "serán mucho más simples, modernas y completas, y al mismo tiempo darán a las administraciones fiscales medios de control eficaces".
Las medidas de reducción de cargas administrativas presentadas o previstas suponen un ahorro de más de 30.000 millones de euros.
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