sábado, 3 de enero de 2009

Cae la confianza de los consumidores y aumenta la frugalidad en Canadá

MONTREAL.- El 2009 comenzó en Canadá con la publicación de dos índices sobre los consumidores que auguran malos tiempos para la economía: uno que muestra una fuerte bajada en la confianza y otro que apunta a un fuerte aumento en la frugalidad.

Un ciclo de frugalidad (un gasto moderado) está en marcha, según el analista Cliff Grevler de The Boston Consulting Group (TBCG), quien advirtió que esto puede devenir en un "ciclo vicioso".

Explicó que este ciclo consiste en una baja de confianza de los consumidores y de las compras, aumento de cierres de empresas y desempleo, y baja de la confianza y de ventas.

Sin conocerse aún los resultados de las ventas de fin de año, que para varias ramas del comercio representan más de un tercio de las ventas anuales, un sondeo publicado este viernes reveló una fuerte caída en la confianza de los consumidores canadienses.

El sondeo de Harris-Decima e Investors Group, hecho a partir de dos mil entrevistas entre el 11 y el 21 de diciembre, mostró que 64 por ciento de los canadienses ven con pesimismo las perspectivas económicas para 2009.

Este porcentaje es el doble del registrado en agosto pasado en un sondeo similar y pone el pesimismo de los consumidores canadienses en el mismo nivel que el de los estadunidenses.

No sólo la confianza está bajando en general, sino que los muestreos apuntan a que en la crisis actual, son las mujeres quienes han perdido más la confianza en las finanzas y que lideran el gran viraje hacia la frugalidad y el ahorro.

El periódico Globe and Mail dedicó este viernes su sección de negocios al "nuevo consumidor" canadiense, que caracteriza como "emocionalmente frágil" y un reconvertido a la frugalidad, palabra que definirá la forma de consumo en este año.

El diario analizó un muestreo de mil canadienses efectuado por la filial local del TBCG, en el que se anticipó que 62 por ciento de canadienses reducirán su gasto de consumo, mientras que 32 por ciento seguirán gastando lo mismo y 6.0 por ciento lo aumentará.

Contrario a lo que se pensaba, según la analista Jennifer Wells del Globe and Mail, los canadienses -en particular las mujeres-, serán más frugales que los consumidores estadunidenses y europeos, incluidos en el mismo sondeo.

Para los canadienses se anticipa una baja de 15 por ciento en el consumo, frente a 13 por ciento en Estados Unidos y 12 por ciento en la Unión Europea.

Aunque, 51 por ciento afirmó estar "más o menos seguro" en lo financiero y 8.0 por ciento "muy seguro", en la práctica están los elementos para una mayor frugalidad: inseguridad financiera y de empleo, reducción del gasto discrecional y aplazamiento de compras importantes.

Como recuerda Wells, el economista John M. Keynes, y autor de la teoría económica que fue aplicada para contrarrestar la depresión en la década de 1930, se refirió a la "paradoja de la frugalidad" y sus efectos.

La reducción del consumo y la inversión es un acto racional en una situación de recesión económica, para individuos y empresas, pero cuando se amplifica pasa a ser un "acto colectivo irracional", según el Gobernador del Banco de Canadá, Mark Carney.

En fecha reciente, Carney se refirió a la "trampa de frugalidad" como una actitud temerosa de la recesión que alimenta la recesión.

Para Cliff Grevler, del TBCG, éste ciclo de frugalidad no es algo nuevo, sino parte de una más amplia tendencia de alzas y bajas, y de una "bifurcación" en la mentalidad, con los consumidores mostrando mayor conciencia, "buscando los tesoros" y comprando saldos.

Esta frugalidad que lleva a gastar menos viene acompañada con el impulso de ahorrar más, y por lo tanto de endeudarse menos y de pagar la deuda, en particular la de las tarjetas de crédito, lo que no augura nada bueno para el sistema financiero.

En 2008, como en otras crisis, el desplome bursátil redujo brutalmente los ahorros y ahora del 40 al 50 por ciento de los canadienses, según el muestreo de TBCG, han perdido la confianza en las grandes empresas financieras.

El 30 por ciento de los entrevistados dijo que "nunca jamás" pondrán sus ahorros en acciones bursátiles y el 35 por ciento que solo pondrán sus ahorros en las aseguradas cuentas de depósito de los bancos.

El 20 por ciento afirmó que retornará a los valores bursátiles una vez que haya firmes evidencias de que comienza una recuperación, y otro tanto anticipa que dividirá sus ahorros entre las acciones y cuentas o depósitos bancarios asegurados.

La moda retornará a los "viejos" instrumentos de ahorro que dan un interés bajo, pero tienen un aseguramiento estatal: cuentas bancarias de ahorro, certificados de depósito, bonos del Estado o simples cuentas de bancos.

Si esta tendencia se afirma la noticia no será muy buena para un sistema financiero que ha perdido la confianza de la gente y no ha salido aún de la crisis que comenzó en 2007 en las hipotecas subprime en Estados Unidos, para expandirse por todo el mundo.

Muchas ramas financieras involucradas en esta crisis, porque fueron las promotoras de la especulación y el "apalanque" financiero, serán "achicadas" o desaparecerán, y el sistema bancario retomará el papel principal, según economistas.

Pero los bancos también sufrirán con el "ciclo de frugalidad", porque una gran parte de las ganancias de los bancos proviene de los intereses de las tarjetas de crédito.

El promedio por hogar de deuda de tarjeta de crédito es de 3.100 dólares en Canadá, y en este país el 73% de los tarjeta habientes pagan el saldo mensual completo.

En Estados Unidos el promedio de la deuda de tarjeta de crédito de los hogares es de ocho mil 200 dólares y sólo 50% de los estadounidenses paga el saldo completo.

En el nuevo ámbito, según TBCG, las instituciones financieras tendrán que "trabajar duro".

En 2009 los bancos, según este estudio, no tendrán aumentos de ingresos, y en el futuro tendrán que adaptar sus productos y servicios a los "consumidores afectados por la crisis".

(Vista de la ciudad de Montreal)

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