El plan, anunciado por el Consejo de Estado (gobierno) para sostener un sector importante de la economía china, contempla la rebaja de impuestos en la compra de vehículos nuevos con motores iguales o inferiores a 1,6 litros a partir del 20 de enero, de 10% a 5%. Además de potenciar el consumo, el Consejo de Estado subrayó en un comunicado su voluntad de sostener el desarrollo de vehículos que recurran a nuevas tecnologías.
Las autoridades desbloquearán en los tres próximos años 10.000 millones de yuanes (1.100 millones de euros) para que los constructores modernicen sus aparatos productivos y desarrollen "piezas y vehículos que utilicen nuevas energías", según el comunicado.
El plan busca también favorecer, con medidas fiscales, los coches de bajas emisiones que utilizan nuevas energías en las ciudades grandes y medias, subrayó el Consejo de Estado. A partir de marzo, el Gobierno chino desbloqueará 5.000 millones de yuanes con el fin de que los campesinos puedan cambiar sus vehículos por otros nuevos.
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