martes, 20 de enero de 2009

De 5.000 a 6.000 millones de euros en Francia para la industria automovilística

PARÍS.- El primer ministro francés, François Fillon, anunció este martes una ayuda estatal de "5.000 a 6.000 millones de euros" para el sector automovilístico, pero a cambio exigió el compromiso a los constructores de que seguirán manteniendo sus actividades en Francia.

"Nuestro esfuerzo a favor de los constructores será masivo ¿De qué estamos hablando? De sumas del orden de 5.000 ó 6.000 millones de euros", declaró el jefe de gobierno del presidente Nicolas Sarkozy, sin precisar cómo se concretizarán esas ayudas.

Los dos grandes constructores franceses Renault y PSA (Peugeot-Citröen) serán los beneficiados.

El primer ministro, sin embargo, advirtió de que "no habrá un esfuerzo estatal sin un compromiso de los constructores".

"No se trata de que el Estado ayude a un constructor que decida cerrar uno o varios lugares de producción en Francia", insistió. Tampoco se tratará de decir "tomamos y deslocalizamos", agregó Fillon.

"Esperamos a cambio que sus compromisos sean ejemplares, tanto sobre los volúmenes de producción en Francia como en términos de relaciones respecto a la cadena de subcontratistas", añadió.

El secretario de Estado de Industria, Luc Chatel, precisó posteriormente que esos 5.000 ó 6.000 millones de euros en ayudas deberían servir para cubrir las "necesidades de tesorería a corto plazo" de los constructores.

Chatel detalló, además, las contraprestaciones exigidas por el Estado francés: ni un sólo cierre de fábricas en Francia -a pesar de reconocer una superproducción del 20% en Europa- y supresión de las bonificaciones para los directivos y de los dividendos para los accionistas.

Que el Estado reclame contrapartidas "es completamente natural", aseguró el presidente de Renault, Carlos Ghosn, que reiteró el compromiso de su grupo por "mantener sus activos en Francia".

Ghosn, quien a su vez es presidente de la Asociación de Constructores Europeos del Automóvil (ACEA), resaltó la gravedad de la situación del sector. "Lo que está en juego en los próximos meses es la supervivencia de algunos constructores, proveedores y distribuidores", aseguró.

La ACEA prevé una nueva caída de la producción europea del 15% para 2009 con respecto a 2008 y una reducción del 15 al 20% de la mano de obra, es decir, entre 150.000 y 200.000 empleos menos.

Gohsn, que también reclamó ayudas fiscales a las empresas, sentenció que "es imperativo reaccionar rápido para garantizar la supervivencia de la industria automovilística francesa y europea".

Este punto de vista es compartido por Fillon, que no quiere, como ocurrió en otoño con el plan de ayudas a los bancos, esperar varias semanas antes de obtener el visto bueno de Bruselas.

De ahí la advertencia lanzada por Fillon: "No vamos a esperar tres meses. No se va a repetir lo que ocurrió con el plan de financiación de los bancos. Cuando hay un incendio, hay que reaccionar", dijo en un tono inhabitual en él. Según Fillon, el resto de países europeos comparten esta opinión.

Sin embargo, el vicepresidente de la Comisión Europea, Günther Verheugen, aseguró que hay que "garantizar que las medidas tomadas por un gobierno no supongan ventajas competitivas" con respecto a otros países, aunque reconoció la necesidad "indispensable" de una intervención del Estado para ayudar al sector.

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