jueves, 29 de enero de 2009

El Banco de España advierte del "estancamiento" de la calidad del empleo durante la última década

MADRID.- El Banco de España advierte en su último boletín económico de que la calidad del empleo en España ha sufrido un "estancamiento" en la última década. En concreto, la institución gobernada por Miguel Ángel Fernández Ordóñez estima que la calidad del factor trabajo se redujo un 0,3% en los últimos diez años.

A este resultado han contribuido varios factores, algunos de los cuales han tenido una aportación positiva sobre la calidad del empleo y otros, negativa.

El aumento del nivel educativo de la población trabajadora es la variable que ha tenido una mayor influencia favorable sobre la calidad del trabajo, si bien el Banco de España advierte de que este factor está moderando su contribución en los últimos años.

El envejecimiento de la población ocupada, por su mayor experiencia en el empleo, también implicó una aportación positiva a la calidad del trabajo en la última década.

Sin embargo, el impacto positivo de los factores antes mencionados se vio compensado por otros, que con un efecto desfavorable, han supuesto prácticamente el estancamiento del nivel de calidad del empleo.

Entre ellos, el Banco de España cita la incorporación al mercado laboral de trabajadores con reducida experiencia o de trabajadores inmigrantes, cuyos conocimientos, al menos a corto plazo, pueder ser no coincidentes con las demandados por la economía española.

También ha contribuido de manera desfavorable a la calidad del empleo el diferencial salarial negativo para los trabajadores inmigrantes y las mujeres, dos colectivos que han experimentado un intenso crecimiento en los últimos 20 años.

De hecho, el porcentaje de horas trabajadas por mujeres ha pasado de representar el 28,4% en 1988 a suponer el 36,5% en 2006, mientras que las horas trabajadas por inmigrantes no pertenecientes a la UE-15 se ha disparado al 11%, frente al 0,2% de finales de los 80.

Asimismo, el Banco de España considera que el aumento del desajuste entre las cualificaciones de los trabajadores y el tipo de empleo que desempeñan pueden haber perjudicado también la calidad del trabajo.

En este sentido, el instituto emisor señala que la mayor oferta laboral de personas con título universitario no ha sido compensada por un incremento de igual magnitud de la demanda de este tipo de trabajadores, lo que habría elevado el desajuste entre la oferta y la formación que se le pide al trabajador. Ello, añade, "podría haberse traducido en una reducción de los diferenciales salariales entre trabajadores con distinto nivel educativo".

En este punto, el Banco de España señala que el fuerte incremento experimentado por el empleo en los últimos tiempos se ha visto acompañado de salarios más bajos para grupos de trabajadores de características similares. De esta forma, precisa, el aumento de la tasa de ocupación habría venido asociado a un "deterioro" de la productividad media.

En todo caso, el Banco de España cree que los ajustes en la calidad del empleo no ayudan a explicar por qué se ha desacelerado la productividad en los últimos años y lo achaca más bien a "ineficiencias" en el funcionamiento general de los mercados.

Dada la importancia para el futuro de economía española que la institución concede a la consecución de mayores tasas de productividad, el Banco de España "exige" que se ejecuten reformas estructurales que contribuyan a subsanar dichas deficiencias.

Por otra parte, el órgano que gobierna Miguel Ángel Fernández Ordóñez analiza en su boletín de enero las reformas laborales europeas entre 2000 y 2006, señalando que aunque las medidas legislativas fueron numerosas, estuvieron muy concentradas, observándose una ausencia de reformas de carácter global.

Las áreas que agruparon un mayor número de reformas en esos seis años fueron las políticas activas de empleo, las pensiones, los impuestos sobre el trabajo y las prestaciones sociales. Por el contrario, el Banco de España juzga "escasas" las iniciativas en la legislación sobre protección al empleo, el tiempo de trabajo y la negociación salarial.

La falta de reformas más integrales y menos concentradas en los mercados laborales europeos ha limitado, en su opinión, los necesarios avances en flexibilización, "un ingrediente fundamental para aumentar la capacidad de ajuste de las economías europeas ante las graves perturbaciones que les afectan".

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