miércoles, 14 de enero de 2009

El cierre de "El Caserío" significaría el 'crack' para la isla de Menorca

MAHÓN.- Kraft Foods ha trasladado hoy a los comités de empresas de sus plantas en España que, "en principio", su postura no es presentar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) y que quiere llegar a una "solución negociada" con los trabajadores para sus planes de futuro en España.

Así lo detalló el presidente del comité de empresas de Kraft en Mahón, Antonio Olives, quien dijo que la empresa ha presentado un informe elaborado por una consultora que contiene datos sobre pérdida de cuota de mercado y aconseja medidas de optimización, entre las que se encuentra el cierre de la planta de Mahón y el traslado de producción a Namur (Bélgica).

Por parte de los trabajadores, Olives dijo que no se acepta el cierre de la fábrica menorquina, así como los planes de reducción de empleados en las sedes de Montornés del Vallés y León, por lo que ahora se abre un periodo de reflexión de los datos de cara a buscar "una solución a Mahón" y alternativas a la disminución de plantilla en las otras sedes.

No obstante, el presidente del comité de empresas en Mahón sostuvo que una de las vías de salida sería la venta de la planta de Mahón, un aspecto al que no se cierra la empresa, si bien ha expresado su negativa a la venta de la marca 'El Caserío'.

También detalló que se abre un periodo de reflexión y se ha trasladado a la empresa las gestiones con el Ministerio de Trabajo y el interés que ha demostrado la administración balear en que no se cierre la fábrica de Mahón.

En este sentido, la dirección de la empresa y los sindicatos se han emplazado a reunirse de nuevo para los días 3 y 4 de febrero, mientras que el día 30 se reunirá el comité europeo para analizar la situación generada por los planes de la firma en el conjunto del continente.

El presidente del Comité de Empresas destacó que ahora es pronto para analizar la información aportada por Kraft Foods, aunque dijo que existen elementos "que no cuadran". Como ejemplo concreto, detalló que la compañía ha expuesto la reducción de 25 trabajadores en León, cuando tienen un volumen de contratados eventuales que se acerca a las 60 personas.

En este sentido, tanto Olives, como la delegada sindical de CC.OO en Kraft, Margot Sastre, concretaron que otro de los puntos de disonancia son los planes de optimización de producción, cuyos parámetros no cumplen ni la sede belga de Namur, a la que incluso "se la pone en peligro.

Sobre la venta de la fábrica de Mahón, el presidente del comité de empresas apuntó que la dirección ha detallado que ha habido contacto con "interesados", aunque desde Kraft Foods dijeron que en caso de que hubiera un proceso de venta se concretaría con "gente que tuviera una solvencia demostrada".

Asimismo, tanto Sastre como Olives dijeron que la empresa les ha trasladado que "no quieren que la fábrica de Mahón caiga en manos de especuladores".

Mientras, la delegada sindical de CC.OO reiteró que "se oponen" al cierre de la planta de Mahón y remarcó que la empresa ha trasladado "contradicciones" en sus datos.

Para ilustrar sus opiniones, Sastre detalló que con su estrategia Kraft Foods encarecería los costes de producción que podrían superar en algunos casos el 40% sobre los actuales, a lo que hay que añadir el transporte de la producción, circunstancia que no cuadra con planes de optimización. También detalló que es erróneo trasladar a Bélgica un producto que tiene un carácter "nacional".

"Nunca podemos estar satisfechos con los planes que impliquen el cierre de una fábrica, pero mucho menos con planes que suponen el crack de una isla", expuso la delgada de CC.OO en Kraft.

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