Según los datos de Oficemen, el consumo de cemento cayó hasta los 42,6 millones de toneladas. La industria ha intentado adecuar la oferta reduciendo la producción, que ha descendido un 23,24 por ciento hasta los 42 millones de toneladas.
Las cementeras también han tratado de compensar la fuerte caída del consumo nacional aumentando el volumen de exportaciones, duplicándolas hasta los 2,2 millones de toneladas. Además, las importaciones se han reducido casi a la mitad, un 44,7 por ciento a 7,6 millones de toneladas.
"La patronal cementera está a la espera de los planes de inversión pública", dijo Oficemen en una nota de prensa.
Sin embargo, la propia patronal reconoció que el efecto de la inyección de liquidez del Gobierno a través de financiación a los ayuntamientos "tardará unos meses en hacerse notar".
De hecho, en la última rueda de prensa de la patronal, su director general Aniceto Zaragoza dijo que para 2009 esperaba una nueva caída del consumo en el entorno del 20 por ciento.
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