García atribuyó la caída de 2008 no sólo a la crisis económica, sino también a "la determinación de las entidades financieras de no trabajar con las empresas relacionadas con el textil".
En este sentido, indicó que la no renovación de los créditos, líneas de descuento o préstamos por parte de los bancos y cajas de ahorros "ha originado que la situación haya ido empeorado, con un goteo de cierre muy importante".
"En lo que se vislumbra, 2009 discurrirá con una tónica de cierre similar a la del año pasado, ya que las tiendas de ropa no venden, debido a que no se consume con la alegría de antes", apostilló.
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