"Hace falta exigir de todos, sobre todo los bancos o las sociedades de crédito al consumo, que garanticen de manera adaptada la información y las advertencias a sus clientes", asegura en una entrevista que hoy publica el diario económico galo 'Les Echos'.
A su modo de ver, los órganos de supervisión, en particular la Comisión bancaria, el Banco de Francia y la Autoridad de los Mercados financieros, han funcionado bien durante la crisis, pero el año 2008 empezó con un fraude de casi 5.000 millones de euros en Francia (el llamado 'caso Kerviel' que afectó a Société Général) y se terminó con otro de 50.000 millones en Estados Unidos.
"Quiero reforzar la seguridad financiera. La del sistema financiero y la de los consumidores de productos financieros", insiste la ministra. En su opinión, tenemos "órganos de control que han estallado, mientras las fronteras entre las actividades de los bancos y de las aseguradoras son permeables a pesar de que cada uno tiene su especificidad".
De ahí que sea necesario desarrollar un enfoque de la supervisión no sólo establecimiento por establecimiento sino también del sistema financiero "en su conjunto". En el caso de la supervisión de los bancos y las aseguradoras, la ley de modernización de la Economía permite al Gobierno hacerlo mediante una ordenanza ministerial.
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