domingo, 18 de enero de 2009

"El humanismo en la economía", de José Luis Sampedro

MADRID.- Seguramente, a muchos de los lectores de La sonrisa etrusca o El amante lesbiano les sorprenderá saber que su autor, José Luis Sampedro, es economista; en el panorama cultural español no es muy habitual esta clase de mezclas entre letras y números.

Ahora, la editorial Debate recupera algunos de sus mejores trabajos de las décadas de los 50, 60 y 70, en un volumen titulado Economía Humanista. Unos escritos en los que las ideas de Sampedro suenan de forma similar a las que pueden leerse en los comentarios de su web personal.

Y es que a este autor, polémico por su lejanía con la ortodoxia económica, se le pueden hacer muchas críticas, pero no la de la incoherencia.

La misma voz que en plena Guerra Fría afirmaba que «si en otros tiempos fue la hora del capitalismo, hoy lo es la del socialismo», es la que ahora denuncia el «liberalismo de los fuertes que quieren tener las manos libres para aprovecharse de la situación».

El mismo autor que arremetía contra un sistema que, en su opinión, «inyecta a los explotados la ilusión de que nadie les oprime»; es el que ahora acusa al «poder económico» de «tecnificar la Globalización» con el objetivo de «hinchar los beneficios».

Una mirada sobre la realidad que sigue siendo, muchos años después de ser publicada por primera vez, controvertida, pero a la que nadie podrá negar su autenticidad.

Seguramente, a muchos de los lectores de La sonrisa etrusca o El amante lesbiano les sorprenderá saber que su autor, José Luis Sampedro, es economista; en el panorama cultural español no es muy habitual esta clase de mezclas entre letras y números.

Ahora, la editorial Debate recupera algunos de sus mejores trabajos de las décadas de los 50, 60 y 70, en un volumen titulado Economía Humanista. Unos escritos en los que las ideas de Sampedro suenan de forma similar a las que pueden leerse en los comentarios de su web personal. Y es que a este autor, polémico por su lejanía con la ortodoxia económica, se le pueden hacer muchas críticas, pero no la de la incoherencia.

La misma voz que en plena Guerra Fría afirmaba que «si en otros tiempos fue la hora del capitalismo, hoy lo es la del socialismo», es la que ahora denuncia el «liberalismo de los fuertes que quieren tener las manos libres para aprovecharse de la situación». El mismo autor que arremetía contra un sistema que, en su opinión, «inyecta a los explotados la ilusión de que nadie les oprime»; es el que ahora acusa al «poder económico» de «tecnificar la Globalización» con el objetivo de «hinchar los beneficios». Una mirada sobre la realidad que sigue siendo, muchos años después de ser publicada por primera vez, controvertida, pero a la que nadie podrá negar su autenticidad.

Seguramente, a muchos de los lectores de La sonrisa etrusca o El amante lesbiano les sorprenderá saber que su autor, José Luis Sampedro, es economista; en el panorama cultural español no es muy habitual esta clase de mezclas entre letras y números.

Ahora, la editorial Debate recupera algunos de sus mejores trabajos de las décadas de los 50, 60 y 70, en un volumen titulado Economía Humanista. Unos escritos en los que las ideas de Sampedro suenan de forma similar a las que pueden leerse en los comentarios de su web personal. Y es que a este autor, polémico por su lejanía con la ortodoxia económica, se le pueden hacer muchas críticas, pero no la de la incoherencia.

La misma voz que en plena Guerra Fría afirmaba que «si en otros tiempos fue la hora del capitalismo, hoy lo es la del socialismo», es la que ahora denuncia el «liberalismo de los fuertes que quieren tener las manos libres para aprovecharse de la situación». El mismo autor que arremetía contra un sistema que, en su opinión, «inyecta a los explotados la ilusión de que nadie les oprime»; es el que ahora acusa al «poder económico» de «tecnificar la Globalización» con el objetivo de «hinchar los beneficios». Una mirada sobre la realidad que sigue siendo, muchos años después de ser publicada por primera vez, controvertida, pero a la que nadie podrá negar su autenticidad.

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