sábado, 31 de enero de 2009

El Plan de estímulo de la economía en EE UU no parece muy estimulante

WASHINGTON.- Los legisladores y el gobierno se han empeñado en llamarla legislación "estimulante", aunque el plan económico de gastos extraordinarios que estudia el Congreso dedicará decenas de miles de millones de dólares a causas que poco o nada tienen que ver con la creación de puestos de trabajo o terminar cuanto antes la presente recesión.

El plan contiene 345 millones de dólares para financiar nuevos computadores del Departamento de Agricultura, 650 millones para subvencionar la adquisición de cajas convertidoras de televisión, 15.000 millones para becas escolares: gastos que, por meritorios que fuesen, no crearán de inmediato esos empleos tan necesarios para salir de la recesión.

Sí hay en el plan del presidente Barak Obama miles de millones de dólares para financiar proyectos de infraestructura "listos y preparados", pero también muchos otros que los legisladores no lograron aprobar durante el curso ordinario de sus labores, ya sea por su elevado precio o demostrada inutilidad.

Una partida de 800 millones largos dará a los legisladores amplio terreno para subvencionar sus programas favoritos sin tener que preocuparse, como otrora, de crear un déficit de 10 billones de dólares, con la excusa de que la crisis financiera requiere de forma inminente el gasto de fondos públicos.

Hay una partida de 1.000 millones de dólares para subsanar los problemas burocráticos de la Oficina del Censo y 88 millones de dólares para trasladar el Servicio de Salud Pública a un nuevo edificio el próximo año. El Senado dedicará además 2.100 millones para pagar el inminente descubierto de las cuentas del Departamento de la Vivienda Publica, 870 millones para combatir la gripe y 400 millones para frenar la propagación del virus VIH causante del sida y otras enfermedades de transmisión sexual como la clamidia.

"Comuniqué al gobierno que hay partidas en este plan que no cumplen los requisitos que el propio gobernante se impuso de que sean temporales, de utilidad inmediata y con un fin específico" como la creación de empleos, dijo el presidente de la Comisión Presupuestaria del Senado, el demócrata Kent Conrad. El legislador quiere que Obama intervenga y que elimine esos gastos superfluos durante las negociaciones entre ambas cámaras.

Empero, ninguna de estas partidas se coló en el programa por accidente. Al incluir en la versión del Senado programas sociales como los 40 millones de dólares para cambiar la forma de recopilar las estadísticas médicas -del papel al formato electrónico- los legisladores complacen a sus partidarios y grupos de presión pese a que esos gastos en sí no contribuyen en gran manera a la creación de puestos de trabajo.

Hay además 380 millones en el proyecto del Senado en reservas para el programa Madres, Menores y Niños, que subvenciona alimentación sana para los pobres. Ese programa recibió ya el equivalente de 1.000 millones de dólares hace cuatro meses.

Algunos legisladores han comenzado a dar voces de alarma.

"He sugerido ... menos gastos y especialmente menos gastos en aquellas partidas que nada tienen que ver con el estímulo económico y que deberían ser financiadas mediante los presupuestos ordinarios", dijo el representante Jerry Lewis, el máximo legislador republicano en la Comisión de Apropiaciones.

La razón de que tanto gasto no relacionado con el estímulo económico figura en este plan se debe a las limitadas obras públicas de gran envergadura que pueden ser ejecutadas de inmediato. Por la estructura del programa, la mayoría del dinero destinado a obras de infraestructura seguramente no será gastada hasta mucho después que la economía se haya recuperado.

Por ejemplo, solamente un tercio de los 30.000 millones de dólares propuestos por la Cámara para la construcción de carreteras perneará la economía en el próximo año y medio, según la Oficina Presupuestaria del Congreso.

Empero, los demócratas insisten en aprobar el crédito fiscal de 500 dólares por individuo y 1.000 dólares por pareja pese al acuerdo generalizado de que un programa parecido ejecutado el año pasado por el presidente George W. Bush tuvo nula efectividad en reactivar la economía.

Incluso algunos demócratas, como el senador Ben Nelson, creen que 3.500 millones de dólares del plan dedicados a la investigación médica, o 15.000 millones dedicados a aumentar las becas universitarias del programa Pell Grant en 500 dólares cada una tendría mejor uso y de rendimientos más inmediatos en obras públicas.

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