lunes, 5 de enero de 2009

La crisis y los escándalos dañaron el bolsillo y la confianza de los inversores españoles en 2008

MADRID.- El año 2008 ha sido horroroso para los inversores. Lo ha sido porque casi ninguno de los activos ha servido de refugio para los ahorros. Y lo ha sido, sobre todo, porque el material más sensible en los mercados financieros, la confianza, ha quedado por los suelos. Los ciclos económicos van y vienen, y los inversores terminan adaptándose a ellos. Sin embargo, cuando se encadenan en tan poco tiempo una serie de malas prácticas, el recelo entre los ahorradores cuesta años en disiparse, a juicio de "El País".

¿Cómo es posible que el empaquetado de hipotecas basura provocara la mayor crisis bancaria jamás vista? ¿Cómo es posible que un solo broker causara un desfalco enorme en Société Générale? ¿Cómo es posible que Bernard Madoff engatusara a los inversores más cualificados del planeta con un timo tan viejo? ¿Cómo es posible que los clientes de banca privada se vieran salpicados por la quiebra de Lehman Brothers?

Éste es el balance de un año para olvidar en las diferentes clases de activos.

- Renta variable. La Bolsa española ha vivido el peor año de su historia. El Ibex 35 cayó un 39,4% en 2008, y el Índice General de Madrid, un 40,5%. De las 133 empresas cotizadas, tan sólo dos valores (Unión Fenosa y Funespaña) han logrado revalorizarse en los últimos 12 meses. Los mayores castigos se han centrado en inmobiliarias y constructoras. Los títulos que más han caído han sido los de Afirma (92,0%), seguidos de los de Solaria (91,1%), Colonial (90,9%) y Renta Corporación (87,96).

La búsqueda de liquidez por parte de los inversores ha castigado principalmente a los valores de pequeña y mediana capitalización, cuyo comportamiento ha sido aún peor que el de los blue chips del mercado. El índice Ibex Medium Caps ha retrocedido un 46,5%, y el Small Caps, un 57,3%.

El varapalo sufrido por la Bolsa española ha estado en línea con el del resto de plazas. El Cac francés ha caído un 42,7%; el Dax alemán, un 40,3%; el Footsie británico, un 31,9%; el Dow Jones estadounidense, un 33,8%, y el Nikkei japonés, un 42,1%.

El mal año para la renta variable se deja notar en más cosas que la pérdida de valor de las acciones. Ha sido un curso con una volatilidad histórica producto del estado de nervios de los inversores. Nueve de las 20 sesiones de mayor variación diaria de las cotizaciones en la Bolsa española se han vivido en 2008.

Otro aspecto que evidencia la crisis bursátil tiene que ver con la sequía de operaciones corporativas. En el caso de las salidas a Bolsa, tan sólo una entidad se ha estrenado en el parqué, la Caja de Ahorros del Mediterráneo, a través de la primera emisión de cuotas participativas. En el caso de las OPA, 2008 ha sido el primer año completo que se desarrolla tras la entrada en vigor de la nueva regulación que regula estas operaciones. El volumen y la cuantía de las ofertas han sufrido una ralentización debido a las dificultades de financiación. Entre los pocos movimientos más que se han producido destaca la OPA lanzada por Imperial Tobacco sobre Altadis.

La corrección del último año ha dejado la renta variable barata desde el punto de vista de valoración y con una rentabilidad por dividendo que no se veía desde hace décadas. Sin embargo, el próximo curso se presenta todavía plagado de incertidumbres, ya que los analistas auguran una importante corrección de los beneficios empresariales y una política de remuneración más austera.

- Renta fija. Bajos réditos a cambio de preservar el capital. El miedo de los inversores les ha conducido a la deuda gubernamental, lo que, unido a las rebajas de los tipos de interés oficiales, ha empujado a la baja las rentabilidades. En el caso de la renta fija corporativa, la tendencia ha sido la opuesta. La desconfianza del mercado a los balances de las compañías ha disparado el diferencial de los bonos empresariales, incluso en el caso de aquellas compañías saneadas y con un rating varios peldaños por encima del investment grade.

En España, entre los pocos productos de inversión que han gozado del respaldo de los inversores destaca el caso de los depósitos. La necesidad de captar pasivo por parte de las entidades financieras les ha llevado a lanzar depósitos con un interés por encima del 7%. En el último mes y medio, en paralelo a la rebaja del precio del dinero, la rentabilidad de algunos depósitos y cuentas remuneradas ha empezado a caer, pero los réditos de la mayoría de los productos todavía están bastante por encima de la inflación.

- Inversión colectiva. La caída de la Bolsa y la competencia de los depósitos han hecho daño a la inversión colectiva. Hasta noviembre. El patrimonio de los fondos de inversión españoles ha caído en 71.900 millones de euros (un 29%), y las gestoras han perdido a casi dos millones de partícipes. De media, los fondos pierden un 2,3% en el año, y sólo cinco de las 18 categorías de fondos logran ganar dinero en este periodo. Los que más pierden son los fondos emergentes y aquellos que invierten en renta variable del área euro.

En el caso de los planes de pensiones, los datos tampoco son para tirar cohetes. En el último año pierden de media un 7,79% y su patrimonio cae un 7%. El pasado mes de septiembre, el número de partícipes era de 10,4 millones, sólo un 0,9% más que un año antes.

- Vivienda. La burbuja inmobiliaria alimentó el mito de que el precio de los pisos nunca caería. La idea se ha demostrado falsa. El valor de la vivienda también cae, y los expertos creen que esta depreciación es aún más pronunciada de lo que dicen las estadísticas oficiales. Durante el tercer trimestre se produjo una caída de precio global del 3%, según el INE, siendo la vivienda usada donde mayores correcciones de precios se están produciendo.

(Bolsa de Madrid)

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