miércoles, 7 de enero de 2009

La guerra del gas podría impulsar rutas alternativas en Europa

BRUSELAS.- La decisión rusa en pleno invierno de detener las exportaciones de gas a Europa a través de Ucrania podría llevar a que el continente apoyara la construcción de nuevos gasoductos que no atraviesen ese país, lo que reforzaría el control de Moscú sobre los suministros a Europa.

Los planes para la construcción de nuevas líneas que sorteen el norte y el sur de la problemática red ucraniana se han debilitado a medida que los dirigentes europeos se han enfrentado sobre qué rutas escoger y están preocupados por dar al Kremlin demasiado control.

Pero el corte del suministro a través de Ucrania que se ha vivido esta semana, resultado de una disputa con Rusia por deudas y precios, podría forzar a los dirigentes europeos a apoyar rutas alternativas en un esfuerzo por diversificarse, según los analistas.

"El resultado del conflicto será más atención y deseo de los socios occidentales" con respecto a la diversificación de rutas de tránsito desde Ucrania, dijo Valery Nesterov, analista de la correduría Troika Dialog.

El riesgo para Moscú es que Europa pierda la confianza y se arroje en los brazos de proveedores alternativos, según los analistas.

Hacia el norte, el Kremlin está impulsando el gasoducto de Nord Stream, que sorteará Ucrania bombeando 55.000 millones de metros cúbicos de gas ruso cada año hacia Alemania bajo el mar Báltico.

Hasta ahora, los países de la Unión Europea han estado divididos sobre los beneficios del proyecto, que es propiedad en un 51 por ciento del monopolio ruso de exportación Gazprom.

Algunos, como Polonia, están preocupados porque aumente el poder de Moscú sobre los suministros del continente, mientras que las preocupaciones medioambientales de Finlandia y Suecia han retrasado el inicio de la construcción.

La última crisis probablemente impulse el apoyo al Nord Stream tanto en Europa como en Rusia, dijo Nesterov, de Troika Dialog.

"Habrá una coincidencia generalizada de que la fiabilidad del suministro vendrá a través de la diversificación", añadió.

En el sur de Europa, Rusia está sumando aliados para participar en el South Stream, un gasoducto que despacharía una cifra estimada de 30.000 millones de metros cúbicos de gas ruso directamente a la Unión Europea a través del mar Negro.

Otro proyecto respaldado por el Kremlin ampliaría el gasoducto Blue Stream, que llevaría gas al sur de Europa a través de Turquía.

Estos tres proyectos deberían recibir apoyos como resultado de la crisis, dijo Dmitry Lyutyagin, analista con sede en Moscú con la firma de inversión moscovita Veles Capital.

"Ayudará a ganar puntos para que estos proyectos - Nord Stream, South Stream y la segunda parte de Blue Stream - tengan la posibilidad de ser construidos", dijo.

Pero mientras Rusia ganaría si Europa reduce su dependencia de los gasoductos de Ucrania, los cortes de esta semana suponen un riesgo que mina su propia reputación de proveedor fiable, según los analistas.

Algunos dicen que podría reforzar el plan de construir el gasoducto Nabucco, que dejaría a Rusia al margen al transportar anualmente 31.000 millones de metros cúbicos de gas procedente del mar Caspio de aquí a 2020, aunque algunos escépticos de Nabucco cuestionan si hay suficiente gas para justificarlo.

Frente a las alternativas, Ucrania aún tiene una amplia ventaja frente a sus rivales: su gran red ya existe.

El mayor de los proyectos previstos, Nord Stream, tendría una capacidad de menos de la mitad de los 110.000 ó 120.000 millones de metros cúbicos de gas al año de la red ucraniana, dijo Mijail Krutikhin, socio de la consultora con sede en Moscú Rusenergy.

Las nuevas líneas "no resolverían el problema de Ucrania, ya que su capacidad es menor", dijo.

Mucho depende de cómo se desarrollen los acontecimientos en los próximos días, según Chris Weafer, estratega del banco inversor ruso UralSib.

En el mejor escenario, la disputa convencería a Bruselas a que siga apoyando el Nord Stream, dijo Weafer.

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