En este sentido, el periódico apunta que el sector siderúrgico, cuya producción actualmente ha sufrido un "colapso", espera "con ansiedad" los detalles del plan de estímulo del próximo presidente de EEUU, que podría contemplar una inversión de alrededor de un billón de dólares en obra pública, lo que impulsaría la demanda de acero para la construcción de autopistas, puentes, escuelas o plantas para el tratamiento de aguas.
A este respecto, el 'lobby' del acero está intentando influir sobre el equipo de transición de Obama para que tenga en cuenta en su programa de inversiones aquellos proyectos que requieren grandes cantidades de acero, especialmente los relacionados con sistemas masivos de tránsito y la reparación de puentes.
"Estamos compartiendo con el equipo de transición del presidente electo nuestros pensamientos respecto a las prioridades de la industria", indicó Nancy Gravatt, portavoz del Instituto Americano del Acero.
La acusada caída en la producción de acero se vio agravada por la crisis que atraviesan sectores como la construcción y la fabricación de automóviles, que representan un 57% de la demanda de acero en EEUU, así como por la reducción en la producción de otras manufacturas como la maquinaria y los equipos eléctricos, que cuentan con una cuota del 13% del acero producido en EEUU.
"El acero está presente en prácticamente cualquier cosa en EEUU, desde edificios a automóviles, por lo que cuando la construcción y las manufacturas cayeron también lo hizo la producción de acero, que ha bajado un 50% desde septiembre", señala el rotativo.
De este modo, la drástica caída de la producción de acero ha provocado, especialmente en las factorías de mayor capacidad, un descenso en el empleo y el principal sindicato del sector prevé que alrededor de 20.000 trabajadores podrían verse forzados a dejar sus empleos sólo en los primeros meses de 2009.
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