sábado, 3 de enero de 2009

Los fabricantes japoneses se preparan para un año duro

TOKIO.- Los fabricantes de vehículos japoneses calientan motores para un 2009 que se aventura duro, aunque lejos de los problemas económicos que han puesto en riesgo la supervivencia de la industria de automoción de Estados Unidos.

Las grandes empresas niponas, como Toyota, Nissan y Honda, han sufrido especialmente en 2008 los efectos de la revalorización del yen en más de un 20 por ciento frente al dólar y de la ralentización del consumo a causa de la recesión global.

El valor bursátil de los fabricantes japoneses se ha dado un fuerte batacazo en 2008, con una caída media cercana al 64 por ciento, debido también a la huida en masa de los accionistas extranjeros con activos de empresas niponas del motor, a causa del empeoramiento generalizado del clima inversor.

En el caso de Toyota, perdió nada menos que el 54 por ciento de su valor bursátil, hasta acabar el año en 10,01 billones de yenes (109.825 millones de dólares), pero aún peor le fue a Nissan, que se dejó un 74 por ciento de su cotización en el índice Nikkei de Tokio.

Para 2009, los fabricantes nipones ya han previsto una fuerte caída de sus beneficios, que en el caso de Toyota llegará a significar sus primeras pérdidas operativas -relativas a la actividad ordinaria- en 70 años.

El anuncio de Toyota, referido al año fiscal 2008 que concluirá el próximo marzo, provocó a finales de diciembre un terremoto en Japón y confirmó que, aunque lejos de vivir una crisis como la de EEUU, la industria del motor nipona es vulnerable a la crisis.

Toyota, primera empresa de Japón, calcula que en el actual año fiscal tendrá pérdidas por operaciones de 150.000 millones de yenes (1.645 millones de dólares), las primeras desde que en 1940 comenzó a publicar sus resultados financieros.

El resto de los grandes fabricantes nipones ya han rebajado sustancialmente sus cálculos de beneficios, ventas y producción.

Nissan redujo a finales de octubre un 53 por ciento su cálculo de beneficio neto para el ejercicio que finaliza en marzo hasta 1.755 millones de dólares y en casi 10.000 millones de dólares sus previsiones de ventas, además de recortar en varias ocasiones sus pronósticos de producción durante el año.

La industria japonesa del motor, que emplea al 8 por ciento de la fuerza laboral del país, ha visto en 2008 cómo caían sus ventas, por quinto año consecutivo, en más de tres millones de unidades, según estimaciones del diario económico Nikkei.

El dato oficial no será divulgado hasta el próximo lunes, aunque se prevé que en diciembre la caída de las ventas será de un 30 por ciento y que en todo el año se habrá recortado en un 7 por ciento o 3,2 millones de unidades.

En todo caso, los problemas de la industria nipona del motor no pueden equipararse a los que viven los "Tres Grandes" de Detroit (GM, Ford y Chrysler), que exigieron al Gobierno estadounidense un rescate multimillonario para garantizar su supervivencia.

Además de ser menos vulnerables, los gigantes japoneses han aprovechado su experiencia en vehículos más eficientes y su tirón en mercados emergentes como Brasil, la India o China, ante el parón de la demanda en los países industrializados, especialmente en EEUU.

Esos tres países suman una población de 2.700 millones de personas, el triple que Japón, la Unión Europea y Estados Unidos juntos, y muchas compañías japonesas lo ven como una oportunidad para seguir creciendo.

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