viernes, 16 de enero de 2009

Los Veintisiete piden al BEI que aumente su financiación al sector automovilístico europeo

BRUSELAS.- Los ministros de Industria de los Veintisiete pidieron hoy al Banco Europeo de Inversiones (BEI) que aumente su línea de financiación para la industria automovilística comunitaria --hasta alcanzar 10.000 millones de euros, según dijo el representante español, Miguel Sebastián--, y que agilice los trámites para la concesión de los créditos. El objetivo de esta medida es compensar los problemas de financiación privada y hacer frente a la crisis que vive el sector por la caída de ventas.

"Hemos pedido al BEI que se adapte a esta situación de urgencia agilizando sus trámites; ampliando las líneas de financiación al sector del automóvil, no sólo a fabricantes sino también (a empresas) de componentes, a 10.000 millones de euros; y recortando los periodos de respuesta que hasta el momento eran de dos meses", explicó Sebastián a la salida de la reunión extraordinaria de los Veintisiete que tenía como único punto del orden del día la crisis de la industria automovilística.

Sin embargo, esta ayuda es sólo una cuarta parte de la que ha solicitado el sector. La Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (Acea) reclama a la UE un paquete de créditos 'blandos' por valor de 40.000 millones de euros para mantener la estabilidad del mercado y fomentar el desarrollo de nuevas tecnologías más eficientes.

La respuesta del Banco, cuyos representantes estaban presentes en el encuentro, a las demandas de los ministros fue "muy positiva", según Sebastián. "El compromiso del BEI es que va a estudiar las peticiones para compensar la ausencia de financiación por parte del sector financiero privado", explicó. Resaltó que esta ayuda es "urgente" porque el sector del automóvil en la UE atraviesa "una situación muy grave".

Por su parte, el vicepresidente de la Comisión y responsable de Empresa e Industria, Günter Verheugen, explicó que el BEI ya tiene varias líneas de crédito disponibles a las que puede recurrir la industria y se ha convertido de hecho en el "prestamista más importante" del sector automovilístico debido a la contracción del crédito privado.

Verheugen dijo que incluso los 10.000 millones de euros previstos para este año podrían quedarse cortos si no se reactiva el crédito y no descartó que sea necesario adoptar nuevas medidas.

Al margen de la ampliación de los créditos blandos del BEI, no habrá un plan europeo de ayuda al sector del automóvil sino más bien "una coordinación de planes europeos". Todo el mundo está de acuerdo en la necesidad de dar "ayuda pública" a esta industria por su importancia en la economía comunitaria y por el hecho de que se haya visto especialmente afectada por la crisis económica y financiera.

En todo caso, no se volverá a las "políticas industriales tradicionales" que distorsionan la competencia, enfatizó el vicepresidente del Ejecutivo comunitario. En este sentido, indicó que las ayudas a corto plazo deben ser compatibles con los objetivos a largo plazo de la UE como la reducción de las emisiones de CO2 y la innovación.

"Queremos que haya un respeto a las reglas del mercado europeo, que no haya carreras para el subsidio a diferentes fabricantes. Queremos poner en común todas nuestras políticas, lo que pasa es que cada país elegirá la política que estime más oportuna", explicó por su parte Sebastián.

El ministro anunció que el próximo lunes enviará al Boletín Oficial del Estado (BOE) el plan español para mejorar la competitividad del sector del automóvil, tanto fabricantes como industria de componentes, que está dotado con 800 millones de euros.

Tras conversar con el director general de Competencia de la Comisión, Philip Lowe, Sebastián aseguró que Bruselas considera que este plan "cumple lógicamente con la legislación europea". España lo notificará el mismo lunes y el Ejecutivo comunitario se ha comprometido a aprobarlo lo antes posible.

El ministro de Industria animó a los Estados miembros que todavía no lo han hecho, como Italia, a que adopten también planes de ayuda al sector del automóvil. Hasta ahora, la Comisión ha mantenido "contactos" con las autoridades de Francia, Alemania y Suecia sobre esta cuestión aunque todavía no se le ha notificado oficialmente ningún plan, según dijo el portavoz de Competencia, Jonathan Todd.

"No tenemos una opinión todavía porque los países en cuestión todavía no han terminado de ultimar las ideas de lo que tienen previsto hacer", precisó. "Examinaremos por supuesto medidas que se presenten en tiempo útil una vez que sean finalizadas", agregó.

Durante la reunión, Sebastián reclamó a sus homólogos comunitarios un "plan coordinado" a nivel de la Unión Europea para "estimular la demanda de coches a corto plazo", ya sea a través de la reducción del impuesto de matriculación o, de manera preferente, de ayudas para el achatarramiento de coches viejos y la compra de coches nuevos menos contaminantes, siguiendo el ejemplo del plan español VIVE, dotado con 1.200 millones de euros.

"Dado que las tres cuartas partes de lo que se compra en España se importa de fuera, las tres cuartas partes de estos 1.200 millones, 900 millones, irán a crear empleo fuera de España. Por eso queremos que otros países hagan sus políticas de demanda para que también se apoye al empleo en España", señaló el ministro de Industria.

Sebastián considera que una reducción del impuesto de matriculación en España "no funcionaría" porque para los vehículos de bajas emisiones este impuesto "ya es muy bajo o nulo". "Por tanto, preferimos políticas de estímulo al achatarramiento y sustitución de vehículos viejos de más de diez años por vehículos que tengan menos emisiones", afirmó.

El vicepresidente de la Comisión apuntó que los Estados miembros han previsto distintos tipos de incentivos, y citó el ejemplo de Alemania, que ha decidido una prima de 2.500 euros por coche achatarrado, y el de Francia, que dedicará 2.000 euros.

"Todo el mundo está de acuerdo en que los sistemas de achatarramiento tienen que organizarse de manera que tengan un impacto positivo sobre el medio ambiente y que no distorsionen la competencia", insistió Verheugen.

El vicepresidente de la Comisión enfatizó que la industria automovilística europea está viviendo una crisis "brutal" que está poniendo en riesgo "un número muy importante de puestos de trabajo". En 2008, las ventas de coches cayeron un 8% en la UE respecto al año anterior, según los datos de Bruselas.

La tendencia podría empeorar en 2009 con otra caída de entre el 10% y el 20%. En el caso de los fabricantes de vehículos pesados, la situación es todavía peor, con un descenso del 30%. La crisis afecta especialmente a los proveedores, que en su mayoría son pymes.

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