viernes, 30 de enero de 2009

El presidente Obama dice que la crisis económica es "un desastre" para EEUU

WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, instó el viernes a la rápida aprobación de su plan de estímulo económico de más de 800.000 millones de dólares, tras advertir que la crisis económica es "un desastre continuo" para las familias estadounidenses.

"La recesión se está profundizando y la urgencia de nuestra crisis económica está creciendo", dijo durante un encuentro en la Casa Blanca. "Ayer alcanzamos un nuevo umbral: el mayor número de estadounidenses que se registre recibiendo beneficios por desempleo".

"Cada día parece haber una nueva ronda de despidos, otra ronda de empleos perdidos y vidas de familias alteradas", señaló el nuevo presidente. "Es un desastre continuo para las familias estadounidenses".

En declaraciones en la Casa Blanca, dijo que la Cámara de Representantes actuó con la premura debida al aprobar el miércoles su plan, y espera "fortalecerlo aún más en el Senado", ante la posibilidad de que lo apoye algún legislador republicano. En la cámara baja la bancada republicana se opuso en bloque.

Sus comentarios coincidieron con la difusión el viernes de un informe del Departamento de Comercio según el cual la economía registró una contracción del 3,8% al final de 2008, la mayor en un cuarto de siglo, a medida que la recesión obligó a consumidores y empresas a reducir los gastos.

El informe indicó que la tasa de contracción en octubre-diciembre superó con creces la del 0,5% registrada en el trimestre anterior.

Los economistas habían pronosticado una contracción aún mayor, del 5,4%.

El mandatario dijo a un grupo reunido en la Casa Blanca que el gobierno no puede demorar mucho más la adopción de medidas.

Obama utilizó además la ocasión para anunciar oficialmente la formación de una comisión que estudiará la problemática de la clase media, designando como presidente de la misma al vicepresidente Joe Biden.

En otra medida de aquiescencia al mundo sindical, el mandatario firmó tres decretos ejecutivos para derogar la política de su predecesor en materia laboral que según los gremios favorecía a los patronos frente a los trabajadores.

Los decretos requieren que las empresas con contratos federales ofrezcan empleos a sus trabajadores en plantilla cuando cambien esas empresas, y derogó la normativa del presidente George W. Bush que requería a las empresas con contratos federales anunciar que los obreros podían limitar sus contribuciones a los gremios con representación exclusiva en la negociación de contratos laborales.

Impedirá además que las empresas con contratos federales sean reembolsadas por gastos destinados a influenciar si se sindicalizan sus empleados.

"Necesitamos igualar las condiciones que encaran los obreros y los sindicatos que representan sus intereses", dijo Obama antes de firmar los decretos ejecutivos en la Casa Blanca.

"No considero el mundo sindical parte del problema. Para mí, es parte de la solución", agregó entre aplausos. "No se puede tener una clase media sólida sin un sólido movimiento sindical".

Sobre la comisión que estudiará la problemática de la clase media, Obama dijo que "no debemos olvidar a los pobres porque también ellos comparten nuestro sueño estadounidense".

Insistió que su gobierno quiere que las personas de bajos ingresos "participen de la abundancia estadounidense si están dispuestas a trabajar para ello".

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