sábado, 31 de enero de 2009

Obama pide medidas inmediatas contra la recesión

WASHINGTON.- El presidente Barack Obama aprovechó las noticias económicas desalentadoras del viernes para impulsar su proyecto de estímulo, exhortando a los legisladores a actuar audazmente y superar una división partidista para contrarrestar el "desastre en curso".

La Cámara de Representantes aprobó esta semana la vasta propuesta de gasto para estimular la economía sin que la oposición republicana emitiera ningún voto a favor. Ahora va al Senado, donde Obama espera que algunos republicanos apoyen el plan que considera crucial para reanimar la tambaleante economía de Estados Unidos.

"La recesión se está profundizando y la urgencia de nuestra crisis económica está creciendo", dijo Obama el viernes. "Así que este es un momento difícil, pero yo creo, si nosotros actuamos audazmente y con rapidez, que puede ser un momento en la historia del país en que trabajemos juntos por encima de nuestras diferencias para superar nuestras divisiones con tal de enfrentar esta crisis".

Sus comentarios coincidieron con la difusión el viernes de un informe del Departamento de Comercio según el cual la economía registró una contracción del 3,8% al final de 2008, la mayor en un cuarto de siglo, a medida que la recesión obligó a consumidores y empresas a reducir los gastos.

El informe indicó que la tasa de contracción en octubre-diciembre superó con creces la del 0,5% registrada en el trimestre anterior. Los economistas habían pronosticado una contracción aún mayor, del 5,4%.

Obama usó los nuevos datos para hablar de convocar a gente que participó en su campaña y escuchar sobre la pérdida de empleos, ejecución de hipotecas, recortes de horarios y reducciones drásticas de prestaciones.

"Es como el sueño americano en reversa. Estas son las familias que han, sin ninguna responsabilidad propia, sido golpeadas más fuertemente a medida que la economía ha empeorado", dijo Obama. "Ellos necesitan acciones inmediatas".

El mandatario dijo a un grupo reunido en la Casa Blanca que el gobierno no puede demorar mucho más la adopción de medidas.

Obama utilizó además la ocasión para anunciar oficialmente la formación de una comisión que estudiará la problemática de la clase media, designando como presidente de la misma al vicepresidente Joe Biden.

En otra medida de aquiescencia al mundo sindical, el mandatario firmó tres decretos ejecutivos para derogar la política de su predecesor en materia laboral, que según los gremios favorecía a los patronos frente a los trabajadores.

"Necesitamos igualar las condiciones que encaran los obreros y los sindicatos que representan sus intereses", dijo Obama antes de firmar los decretos ejecutivos en la Casa Blanca.

El gobierno también está buscando la mejor manera de usar los últimos 350.000 millones de dólares de los 700.000 millones del plan de rescate financiero aprobado bajo auspicios del todavía presidente George W. Bush.

El gasto de los primeros 350.000 millones en el gobierno de Bush despertó fuertes críticas de los dos partidos y del público porque la gran mayoría fueron entregados a banqueros que no han puesto mucho de ese dinero en el sistema de créditos.

Obama solamente consiguió acceso a la segunda mitad de los fondos con garantías escritas al Congreso que los fondos llegarían a los estadounidenses que enfrentan la ejecución de sus hipotecas o que necesitan créditos para comprar automóviles y otros gastos grandes.

El secretario del Tesoro Timothy Geithner se reunió el viernes con el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, y otros funcionarios gubernamentales del más alto nivel para desarrollar un plan y mejorar los controles sobre el sistema financiero.

Por otro lado, el plan de estímulo económico de la Casa Blanca buscará restringir los salarios y bonificaciones pagados a empleados de Wall Street cuyas firmas reciban ayuda del dinero de los contribuyentes, dijo el viernes el gobierno.

El secretario de prensa Robert Gibbs dijo el viernes que esos planes lidiarán directamente con las compensaciones y bonificaciones a ejecutivos. Obama calificó el jueves de "vergonzoso" que ejecutivos de Wall Street hubiesen recibido más de 18.000 millones de dólares en bonificaciones en el 2008 mientras sus firmas solicitaban ayuda de los contribuyentes.

Separadamente, Obama habló con el presidente de China Hu Jintao, prometiéndose ambos cooperación en una llamada telefónica que abarcó temas sensibles de comercio, la crisis financiera global y la amenaza nuclear de Corea del Norte.

El déficit comercial de Estados Unidos con China es el más grande jamás registrado en la historia con un solo país y cada mes viene imponiendo nuevos récords. Los fabricantes estadounidenses arguyen que China ha demorado el paso de su reforma monetaria para arreglárselas con la desaceleración económica global que amenaza con perjudicar su sistema basado en las exportaciones.

En la conversación telefónica, Obama enfatizó la necesidad de "corregir los desequilibrios comerciales globales", dijo Gibbs.

China es el principal acreedor del gobierno de Estados Unidos. Beijing tiene aproximadamente dos billones de dólares en reservas monetarias extranjeras y sobrepasó a Japón en septiembre como el más grande tenedor de títulos del Tesoro de Estados Unidos. El déficit comercial de Estados Unidos con China totalizó 246.500 millones de dólares hasta noviembre del 2008.

Entre otros asuntos Hu y Obama dialogaron sobre la situación en Irán, Afganistán y Pakistán, actividades antiterroristas, la proliferación nuclear y el cambio climático.

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