A su juicio, el establecimiento de un tipo de gobierno mundial "no tiene visos de que sea algo que se vaya a producir de forma próxima", y aunque no está muy convencido de quererlo así, consideró más práctico dicho refuerzo entre gobiernos nacionales "donde el concurso del Fondo Monetario Internacional es indispensable".
"En todo caso, el test definitivo será la implementación efectiva de esas medidas por parte de las autoridades nacionales", añadió, al tiempo que recordó que en la Unión Europea esta idea se está intentando desde hace años "con un éxito relativo y con un sistema de decisión inexplicable pero que produce algunos resultados".
Así, aseguró que una vez esté instaurada una coordinación "más eficaz" para los países con economías sistemáticas, el problema es y será "el conocido de la puesta en práctica de las medidas, que ha convertido en obsoleto al G-7 y que hace que sea tan difícil el que la Unión Europea avance".
Según explicó el ex vicepresidente y ministro de Economía ante un salón repleto de asistentes, junto con la estabilización económica, la reforma del sistema financiero mundial va a exigir la"apertura de distintos foros sobre los niveles necesarios de capitalización de las entidades globales", lo que, en su opinión, "indudablemente" llevará a abordar cuestiones como las ayudas de Estado y las nacionalizaciones de algunas entidades "al menos parciales".
En dichos foros, también se deberán tratar los requisitos de liquidez de las entidades financieras, "que tan escandalosamente han sido abandonados por algunos de los principales bancos", y sobre la aplicación estricta de "normas de transparencia por parte de los supervisores nacionales, renunciando a la práctica de intentar primar a la industria financiera nacional".
Por otro lado, aseguró que se hace indispensable la necesidad de introducir medidas contracíclicas en el sector financiero, "frente a las procíclicas que se han mostrado en varias ocasiones como un riesgo sistemático".
"Es necesario el establecimiento de un marco más sofisticado de medición del riesgo, que supere los defectos congénitos de las actuales agencias de ratings", apostilló.
Asimismo, Rato señaló que mirando al futuro se puede intuir el riesgo de escasez de oferta de materias primas, cuya situación se empeoraría si se tiene en cuenta las cuestiones medioambientales "que generan el aumento del consumo de muchas de esas materias primas".
También, indicó, habrá consecuencias del actual entorno de políticas expansivas "que puede empujar a los capitales a buscar refugio en activos protegidos de la inflación, distorsionando las decisiones de inversión, como sucedió en los años 70".
"Parece necesario diseñar una estrategia de salida de la crisis que permita el ajuste ordenado sin afectar a las expectativas de inflación mundiales", añadió.
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