jueves, 29 de enero de 2009

Uribe y Calderón, frente a inversores reticentes en Davos

DAVOS.- Los presidentes de México, Felipe Calderón, y de Colombia, Álvaro Uribe, buscan en el Foro Económico Mundial de Davos presentar a sus países como lugares seguros para la inversión pese a la crisis económica mundial y a la agitación nacionalista en otros países de la región.

Ambos mandatarios -los únicos de América Latina presentes en la 39ª edición del Foro que reúne anualmente en esta estación de esquí suiza a la élite económica, financiera y política del planeta- participaron este jueves en una cena consagrada a la capacidad de respuesta de la región frente a la crisis.

Pero apenas llegados a Davos, Uribe emplazó a los empresarios a cumplir con sus proyectos en Colombia, en tanto que Calderón puso empeño en negar que la estabilidad de México estuviese amenazada por la violencia entre bandas de narcotraficantes, como lo apuntaron recientes informes en Estados Unidos.

Calderón dijo, en un encuentro con medios mexicanos, que quiere aprovechar la cita de Davos para "reducir o eliminar las distorsiones informativas en ciertas esferas del ámbito internacional" sobre la situación de su país, y seguir "posicionando a México como un lugar atractivo para la inversión".

Uribe fue más ofensivo. "El Gobierno Nacional ha dado confianza a la inversión, pero hemos advertido que los inversionistas no pueden defraudar a Colombia", dijo tras reunirse el miércoles con altos directivos de la multinacional suiza Glencore, a los que instó a materializar una inversión de más de 600 millones de dólares aprobada en 2006 para ampliar la refinería de Cartagena. Ese proyecto "no puede seguir de dilación tras dilación", afirmó.

América Latina, de hecho, está dividida en países que apostaron por la ape rtura comercial y financiera -entre ellos México y Colombia- y otros muy críticos del proceso de la globalización, entre los cuales figuran Venezuela, Bolivia y Ecuador, que se enfrentaron a multinacionales en torno a temas de propiedad de recursos energéticos.

Esas divisiones llevan a Colombia a jugar en Davos una carta más nacional que regional. "En Colombia hay condiciones de inversión segura y a largo plazo", en tanto que "muchos países latinoamericanos -no voy a dar su nombre- no están siendo lugares atractivos para la inversión", dijo el ministro colombiano de Comercio, Industria y Turismo, Luis Guillermo Plata Páez.

Plata reafirmó además el interés de su país en la aprobación por parte de la Cámara de Representantes estadounidense del Tratado de Libre Comercio (TLC) firmado por el ex presidente republicano George W. Bush, y aseguró que los contactos con el gobierno de su sucesor demócrata Barack Obama son alentadores.

El TLC "es muy importante" pese a la crisis en Estados Unidos, pues responde a una "política a largo plazo", y Colombia "está esperando que la nueva administración se acople" para relanzar el proceso, indicó.

América Latina creyó durante un momento poder despegarse de esta crisis nacida en 2007 por el colapso del sector inmobiliario en Estados Unidos, pero que pronto la afectó a través de la caída de la demanda de materias primas, de las remesas enviadas desde el extranjero, del descenso del turismo y de la dificultad de financiación.

Según la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), el PIB regional, que creció un 4,6% en 2008, aumentará sólo un 1,9% este año. Esas proyecciones, divulgadas en diciembre pasado, anticipan que México crecerá este año un 0,5% (1,8% en 2008) y Colombia un 2% (3% en 2008).

El FMI (Fondo Monetario Internacional), en previsiones comunicadas el miércoles, prevé que el PIB latinoamericano de 2009 crezca apenas un 1,1% (frente a un PIB mundial en aumento de 0,5%), con una contracción del 0,3% en México.

Los presidentes 'antiglobalizadores' de Venezuela, Bolivia y Ecuador se dieron cita este año en el Foro Social Mundial de Belem, Brasil. El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, que en otras ocasiones asistió a ambos foros, alegó este año tener que quedarse en su país para recibir a sus vecinos.

En Davos, Brasil, principal potencia regional, está representado por su ministro de Relaciones Exteriores, Celso Amorim, con una agenda enfocada principalmente en la salvación de la agonizante Ronda de Doha de liberalización del comercio mundial.

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