lunes, 9 de febrero de 2009

El Senado de EE UU aprueba el paquete de estímulo económico

WASHINGTON.- Un paquete de estímulo económico apoyado por la Casa Blanca sobrevivió el lunes a una difícil votación en el Senado a pesar de la fuerte oposición republicana, y los líderes demócratas prometieron pasarlo en unos días al presidente Barack Obama para su promulgación.

Poco antes de que Obama hable frente las cámaras a las 20.00 hora local (01.00 GMT del martes), el Senado decidió, con 61 legisladores a favor y 36 en contra, cerrar los debates sobre el plan, cifrado en unos 827.000 millones de dólares, y someterlo a votación el martes.

El paquete fue aprobado con un voto más de los 60 necesarios para someterlo al pleno de la cámara alta el martes. A su vez, ello preparará el terreno para lo que promete ser difíciles negociaciones con la Cámara de Representantes a fin de llegar a un acuerdo final sobre una propuesta que, de acuerdo con Obama, se requiere desesperadamente para enfrentar la peor crisis económica en más de una generación.

La votación en el Senado ocurrió mientras el gobierno de Obama trata de impulsar otro componente importante de su plan de recuperación económica. Las autoridades dijeron que el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, presentaría el martes las reglas necesarias para la aplicación de los 350.000 millones de dólares que restan de un paquete de rescate diseñado a fines del año pasado con el fin de ayudar a la industria financiera y a los dueños de residencias que enfrentan ejecuciones hipotecarias.

Los resultados de la votación del lunes fueron cerrados, pero pocos dudaban de un resultado favorable luego de que la Casa Blanca y los dirigentes demócratas aceptaron reducir el paquete en 100.000 millones de dólares el viernes.

En consecuencia, los senadores republicanos Susan Collins, Olympia Snowe y Arlen Specter aceptaron votar en favor del plan.

El senador demócrata Edward M. Kennedy, quien enfrenta cáncer cerebral, se presentó por primera vez en el Capitolio luego de sufrir un ataque el día de la asunción presidencial, para apoyar la medida junto con sus correligionarios.

La odisea del Plan de Reactivación Económica, sin embargo, aún no habrá concluido, incluso si el gobierno de Obama consigue finalmente los 60 votos necesarios para su aprobación.

El Senado y la Cámara de Representantes deben reunirse luego, a lo largo de esta semana, para ajustar las cifras y sacar un proyecto definitivo a partir de sus respectivas versiones.

Ambos borradores del plan son similares, pero la oposición republicana consiguió en el Senado ampliar los recortes de impuestos para los hogares y empresas, del orden de 100.000 millones de dólares, y recortar sustancialmente los gastos sociales de la propuesta de los Representantes demócratas.

Obama, que endureció su discurso hacia el Congreso a finales de la semana pasada, quiere ver aprobado el plan a mediados de este mes, para empezar inmediatamente a distribuir el dinero a los estados, iniciar ambiciosos proyectos de reforma del sector sanitario y educativo y aumentar los subsidios para los desempleados.

Estados Unidos perdió en enero cerca de 600.000 empleos, una cifra desconocida desde 1974.

El plan de Obama es también una apuesta desconocida por su talla y ambición para luchar contra la degradación de la economía, según observadores.

Sin embargo, el objetivo de lograr una aprobación holgada, gracias a una parte apreciable de la oposición, quedó atrás, y Obama opta resueltamente ahora por defender su plan directamente ante la opinión pública.

"Hemos tenido un buen debate, ahora es tiempo de actuar, por eso estoy llamando al Congreso a aprobar este proyecto de inmediato", dijo Obama durante un mitin en el estado de Indiana (centro), antes de enfrentarse a la prensa.

Obama acudió a Elkhart, una ciudad donde el desempleo subió en un año de 4,7% a más de 15,3%, y conversó con sus habitantes.

"Puedo decirles con total confianza que una demora interminable o una parálisis en Washington frente a esta crisis sólo provocará un desastre más profundo", advirtió.

El presidente estadounidense repetirá el acto público el martes si es necesario, informó su portavoz Robert Biggs el pasado viernes.

Hasta este lunes, al menos tres senadores republicanos moderados estaban dispuestos a votar en favor del plan gubernamental, buena noticia para los demócratas que poseen 58 escaños y necesitan 60 para aprobar el plan.

La Casa Blanca permanece totalmente concentrada en su aprobación.

El Departamento del Tesoro tenía previsto anunciar este lunes cómo iba a gastar los restantes 350.000 millones de dólares del plan de rescate bancario, conocido como TARP por sus siglas en inglés.

El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, decidió atrasar hasta el martes el anuncio, para no perturbar la difícil aprobación senatorial del plan de reactivación económica.

Según el New York Times, el plan de Geithner consiste ahora en pedir la colaboración de los fondos de inversión privados para comprar los activos "tóxicos" de los bancos en crisis.

El gobierno estadounidense garantizará un valor mínimo de esos activos (créditos hipotecarios o de consumo en su gran parte) para alentar esa participación privada, explicó el diario.

Por su parte, la Unión Europea planea organizar una cumbre extraordinaria a fines de febrero para enfrentar la crisis económica, en medio de la fuerte presión de Francia para tener una mejor coordinación y el temor a un regreso del proteccionismo.

Quince países, entre ellos Brasil, México y Japón, han formulado ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) una advertencia contra el proteccionismo, diciéndose preocupados por las medidas aplicadas para responder a la crisis económica.

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