miércoles, 18 de febrero de 2009

Caldera dice que no se puede pedir abaratar el despido y que haya blindajes empresariales "escandalosos"

MADRID.- El ex ministro de Trabajo y Asuntos Sociales Jesús Caldera advirtió de que no se puede decir a los trabajadores "que hay que reducir sus ya reducidísimos costes de despido" y que al mismo tiempo haya "blindajes verdaderamente escandalosos" entre los altos ejecutivos. "Sobre los blindajes empresariales también creo que hay que enviar señales éticas", afirmó.

Caldera se mostró partidario de que las empresas y los bancos se autorregulen, pero también de "reformar los sistemas de regulación" para "limitar los blindajes empresariales" y orientar los incentivos de los directivos al medio y al largo plazo, de modo que éstos se beneficien de las ganancias pero también respondan de las pérdidas.

En este punto, destacó que la asignación de incentivos a los gestores de las entidades financieras ha sido "uno de los gravísimos errores cometidos por esta avaricia de dinero rápido" que han motivado la actual crisis financiera.

Eso sí, puntualizó que esto no ha sucedido en España, donde los bancos "no han incurrido en los múltiples errores" que se han visto en otros países. Por ello, consideró que los directivos de banca no tienen por qué comparecer en el Congreso de los Diputados.

El actual secretario de Ideas y Programas del PSOE arremetió contra quienes piden abaratar el despido y flexibilizar el mercado laboral, argumentando que sería "una desgracia" y "un grave error".

Así, recordó que desde 2002 en España "el despido es libre", aunque tenga sus costes y sus trámites, y que existe el empleo temporal, que es "flexible" y tiene unos costes de despido "prácticamente inexistentes".

Pero además, puntualizó que el empleo temporal no sólo es el más flexible sino que es donde se concentra la menor protección y la menor formación de los trabajadores. Por ello, opinó que el gobernador del banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, "no se expresó bien" cuando pidió más flexibilidad laboral, porque no cree que quiera avanzar en esa dirección de menor protección.

Por otro lado, se mostró convencido de que el sistema de Seguridad Social "aguantará perfectamente" y cerrará el año con superávit, aunque sea sustancialmente menor que los 14.000 millones de excedente con que contaba al cierre de 2008.

"La crisis no está impactando de forma dramática en el sistema de Seguridad Social", argumentó, aunque cuestión distinta es, a su juicio, que el sistema requiera una reforma para hacer frente a las necesidades de la población en un horizonte de 20 años.

Por otro lado, el ex ministro defendió la política del Gobierno para hacer frente a la crisis económica, especialmente los planes de inversión pública, explicando que ésta es una crisis de demanda --en la que los ciudadanos no consumen porque se sienten objetivamente más pobres-- y para reactivarla "el efecto multiplicador del gasto público es mayor que el del gasto privado".

Por ello, consideró que la propuesta del PP de rebajar los impuestos para que los ciudadanos tengan más renta disponible "sería un error" y no tendría ningún efecto positivo en la economía porque los ciudadanos lo dedicarían a ahorrar, no a consumir.

El ex ministro lamentó que el PP no "recoja el guante" de cooperación que le ha lanzado el Gobierno para salir de la crisis económica y quiera seguir "en el campo de la oposición". No obstante, opinó que los 'Pactos de la Moncloa', como ha propuesto algún grupo político, no son "reeditables", porque España está en otro momento histórico.

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