Estas cifras ponen de manifiesto que las familias españolas continuan siendo conservadoras en términos financieros, y que anteponen la disponibilidad de su dinero a la revalorización mediante estos productos que, pese a sus atractivas rentabilidades, en ocasiones castigan su rescate anticipado.
Sin embargo, este dato contrasta con la proporción del ahorro en cuentas sin remunerar al cierre de 2007, que suponía el 45% del ahorro total de los hogares españoles en ese momento, lo que refleja que cada vez son más las familias que apuestan por situar sus ahorros en cuentas que ofrecen algún tipo de interés.
De hecho, el tipo medio ponderado que aplicaban las entidades financieras en los depósitos a plazo en diciembre era del 4,41% (4,60 en imposiciones hasta dos años y 2,94% en depósitos a un plazo superior a dos años), frente al 0,69% de interés que abonaban en las cuentas a la vista.
Por ejemplo, la diferencia entre mantener 6.000 euros en una cuenta sin remuneración durante un año y colocarlo en un depósito a plazo con el citado interés medio ponderado es de 223 euros.
En concreto, el ahorro total de los hogares alcanzaba a 31 de diciembre de 2008 los 680.738 millones de euros, lo que supone un incremento del 12,16% respecto a los 606.900 millones de euros que alcanzó el saldo vivo en la misma fecha de 2007.
De esta cantidad, la mayor parte del ahorro de los hogares, el 60,4%, permanecía al cierre de diciembre en depósitos a plazo, que sumaban un saldo de 411.185 millones de euros, un 24% más que al cierre de 2007.
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