domingo, 15 de febrero de 2009

El plan de reactivación de EEUU no tendrá efectos inmediatos

WASHINGTON.- El vasto plan de reactivación de 787.000 millones de dólares adoptado por el Congreso estadounidense, impulsado por el presidente Barack Obama, aliviará la economía dañada por la recesión pero no de manera tan rápida como se espera, según analistas.

El plan prevé medidas de reducciones impositivas por 286.000 millones de dólares, cerca de un tercio del monto total, con el fin de reactivar el consumo. Su impacto debería sentirse paulatinamente.

El programa de gastos podría, en cambio, producir un efecto más lento si se tiene en cuenta el tiempo que va a requerir la aprobación y la financiación de los diferentes proyectos, insisten los expertos.

El resto del monto aprobado será volcado a la construcción y restauración de infraestructura, y a otros programas que conciernen a la educación, la salud o las energías limpias, pero se prevé que se realizarán entre 2009 y 2010.

Los economistas de Barclays Capital estiman que 245.000 millones de dólares de esta partida del plan se gastarán en 2009, pero sólo 81.000 millones de éstos durante el primer semestre.

"La buena noticia es que el plan fue aprobado rápidamente y que su monto es considerable", afirmó Ethan Harris, economista en Barclays, "la mala noticia es que pese a que ya había una relación calidad/precio baja, el plan fue nuevamente reducido antes de ser votado".

El analista citó medidas "reducidas o eliminadas", como los estímulos para la compra de automóviles o viviendas. En términos de impulso para la economía, el plan es "realmente ineficiente", concluyó Harris.

Para Sal Guateri, economista en BMO Capital Markets, el plan de reactivación "no cambia el hecho de que nos enfrentamos a la mayor recesión desde los años 1930".

"La mayoría de las medidas alentadoras llegarán en el segundo semestre y en 2010, cuando los proyectos de infraestructura habrán sido elaborados y puestos en marcha", añadió.

"El presidente dijo que el plan crearía o salvaría unos 3,5 millones de empleos. Es discutible porque todavía esperamos 1,5 millones de pérdidas de empleos en los meses por venir", observó Guatieri.

Kenneth Rogoff, profesor de economía en Harvard, afirma por su parte que el plan sólo dará sus frutos si lo acompaña un programa de rescate del golpeado sistema bancario. "Es como realizar una transfusión sanguínea a un paciente que aún está sangrando", comentó.

"Si no restablecemos el sistema bancario, entonces sólo es un estímulo momentáneo de la economía. Simplemenente no hemos tomado las medidas correctas a favor de los bancos", señaló Rogoff.

Algunos analistas juzgan entre otros que este esfuerzo legislativo inmenso fue elaborado con demasiado apuro y en base a consideraciones políticas para no obtener otra cosa que un efecto limitado.

Las actividades creadoras de empleos no van a comenzar "de aquí a varios meses, incluso años y quizá nunca" lo hagan, predijo David Kotok, de Cumberland Advisors.

Opiniones similares surgen de Robert Green, de la firma de investigación independiente, Briefing.com, para quien el tamaño del plan es proporcional al riesgo que se corrió, si fracasa.

"Si, como toda persona sensible, no está convencido de que gastar sea algo eficiente, pero tampoco convencido de que no lo sea, el proyecto de ley es lo mejor que puede emanar de un Congreso demócrata", analiza Irwin Stelzer, del Instituto Hudson.

"Obama tiene su plan de rescate (...). Ahora, es su recesión", señaló.

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