"Las ventajosas condiciones económicas de nuestro país no han cambiado de forma fundamental", dijo Hu, en unas declaraciones recogidas por la radio pública.
Sin embargo, advirtió el dirigente, "la presión a la baja sobre el crecimiento económico de nuestro país se está intensificando".
Después de que, tras el verano, China comenzara a acusar el golpe de la crisis, el Gobierno chino anunció en noviembre un paquete de estímulos económicos de 4 billones de yuanes para vadear la crisis, con el que pretendía reducir su dependencia de las exportaciones y aumentar el consumo nacional.
Algunos de los planes anunciados, sin embargo, ya han sido cuestionados. Expertos se preguntan, por ejemplo, sobre la idoneidad de estimular el consumo en las zonas rurales (uno de los objetivos marcados), en unas regiones donde gran parte de los habitantes viven economías de subsistencia y depende a menudo del dinero enviado por sus parientes emigrados a las ciudades.
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