Junto con el dólar, el yen había servido de refugio este año en un contexto de fuertes depreciaciones de los valores de renta variable, pero comenzó a perder su atractivo cuando la semana pasada se conocieron datos que mostraban que la economía japonesa había registrado el mayor descenso en 35 años durante el trimestre octubre-diciembre.
Los exportadores de Japón, principal motor de la economía, se han visto muy afectados por el parón de la economía mundial y los datos publicados el miércoles mostraron que las exportaciones cayeron un 45,7 por ciento interanual en enero.
"El yen se ha vuelto vulnerable a medida que muchas ideas sobre Japón se convierten en cosa del pasado, entre ellas la de que la economía tenía el apoyo de un gran superávit comercial", dijo Tsutomu Soma, del departamento de divisas de Okasan Securities.
El yen también se ha visto presionado por la repentina dimisión del ministro japonés de Finanzas la semana pasada, que trajo el temor a una inestabilidad política, y los agentes añadieron que también ha remitido la demanda de yenes procedente de la desinversión en derivados.
Los agentes dijeron que el retroceso del yen el miércoles se veía motivado en gran parte por el abandono de posiciones en la moneda de los hedge funds, que habían entrado en la divisa asiática ante la expectativa de que se fortalecería a medida que los inversores japoneses repatríen fondos de cara al fin del año fiscal en marzo.
La ausencia de ventas de dólares por parte de los exportadores japoneses, que habitualmente se deshacen de la divisa estadounidense cuando se aprecia frente al yen, ha acelerado asimismo la caída del yen.
El dólar subía un 0,7 por ciento a 97,32 yenes tras tocar un máximo de tres meses de 97,35 yenes en la plataforma electrónica EBS.
El euro ganaba un 0,5 por ciento a 124,79 yenes tras tocar un máximo de siete semanas de 125,01 yenes en EBS. El yen también caía frente a la libra y el dólar australiano.
El euro caía un 0,1 por ciento a 1,2831 dólares.
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