sábado, 14 de febrero de 2009

La Cámara de Representantes de EE UU aprueba el plan de estímulos de Obama

WASHINGTON.- La Cámara de Representantes aprobó en la noche de ayer viernes el plan por casi 790.000 millones de dólares que el presidente Barack Obama calificó de "solamente el comienzo" de sus esfuerzos de rescate de la alicaída economía estadounidense. Y lo aprobó por amplio margen para 787.000 millones de dólares (unos 609.000 millones de euros) de inversiones y recortes fiscales que pretende recuperar una economía en problemas.

Los demócratas utilizaron su mayoría en esta cámara para conseguir la aprobación del plan por 246 votos a favor y 183 en contra, pero ningún republicano lo apoyó, un revés para el esfuerzo del presidente Barack Obama de obtener respaldo en los dos partidos para acabar con la parálisis del Congreso en los últimos años. Por otra parte, siete demócratas votaron en contra.

En el Senado, la votación comenzó a las 17.30 locales (22.30 GMT), tras una jornada entera de debates sobre el texto.

El resultado se conocería tarde en la noche para permitir al senador de Ohio (norte), Sherrod Brown, regresar a Washington tras asistir al servicio fúnebre de su madre.

El monto total del plan se eleva a 787.000 millones de dólares, según la última estimación de la oficina de presupuesto del Congreso (CBO).

Más de un tercio del total está constituido de reducciones fiscales, por cerca de 286.000 millones de dólares. El resto incluye gastos en infraestructuras, salud, ciencia y tecnología, educación y energías alternativas.

"Es lamentable que incluso en estos tiempos tan difíciles para la economía, los parlamentarios no puedan resistir la tentación de sobrecargar este proyecto de ley de miles de millones de dólares en gastos inútiles que no harán nada por estimular la economía", declaró el senador republicano John McCain, ex candidato a la presidencia, en la apertura de la sesión.

Descontando la aprobación de su proyecto, Obama advirtió a empresarios en la Casa Blanca que "este plan es una etapa crítica, pero aunque importante, es solamente el comienzo de lo que creo todos ustedes entienden que será un largo y difícil proceso de recuperación de nuestra economía".

El mandatario subrayó que para enfrentar realmente la crisis, se debe atender al "sector financiero, para lograr que el crédito fluya nuevamente hacia las familias y las empresas. Debemos enfrentar la crisis en el sector inmobiliario, que ha sido uno de los orígenes de nuestros desafíos económicos. Muy pronto me referiré extensamente a esto", prometió.

En el Congreso, pese a las exigencias de la mayoría demócrata, los republicanos lograron situar el costo total del plan bajo la barra de los 800.000 millones de dólares, mientras que el proyecto aprobado anteriormente por la Cámara baja alcanzaba los 819.000 millones y el del Senado 838.000 millones.

Luego de más de tres semanas de negociaciones, la Casa Blanca debería lograr la aprobación del plan destinado a crear o salvar entre tres y cuatro millones de empleos.

En consecuencia, el objetivo de los demócratas de enviar el proyecto a Obama antes del receso parlamentario de febrero sería alcanzado.

En el Senado, los votos de tres senadores republicanos moderados, Susan Collins, Arlen Specter y Olympia Snowe, parece asegurado en favor del plan. Este apoyo es indispensable para alcanzar los 60 votos necesarios para aprobar la ley.

El plan final se divide en un 64 por ciento de gasto y otras provisiones y en un 36 por ciento en recortes fiscales. Obama había pedido una división 60-40 en un intento de sacudir la economía, que ha advertido que podría hundirse en una recesión aún mayor si no hay una rápida ayuda gubernamental.

Los republicanos querían más recortes de impuestos en lugar de grandes proyectos de gasto, pero la mayoría de sus intentos de modificar el plan fallaron.

El líder de la mayoría en la Cámara, Steny Hoyer, les criticó acusándoles de quedarse con los mismos preceptos económicos que demostraron ser un fracaso durante los ocho años en el poder de George W. Bush.

"Millones y millones de estadounidenses recibirán un recorte de impuestos" con la nueva medida, dijo, y añadió que "millones y millones de personas que ha perdido sus trabajos y no pueden poner un plato de comida en la mesa de sus familias recibirán la ayuda de esta ley".

El republicano Mike Pence respondió que "la única cosa que hará la ley de estímulo será estimular más gobierno y más deuda".

La Casa Blanca ha dicho que el dinero podría tardar un mes en empezar a fluir, pero una de las principales preocupaciones de los economistas es que llegue demasiado tarde para tener una influencia este año, cuando muchas previsiones indican que la producción se contraerá.

"Por desgracia, el impulso hacia abajo en la economía es tan profundo que es difícil ver cómo puede actuar el plan lo suficientemente rápido como para tener alguna consecuencia en 2009", dijo Nigel Gaul, economista jefe para Estados Unidos de IHS Global Insight.

Los demócratas redujeron el tamaño del plan de los 937.000 millones de dólares previstos para cosneguir el apoyo de tres republicanos que necesitan en el Senado.

La ley combina reducciones fiscales para particulares y empresas con medio billón de dólares en gastos sociales, de infraestructura y ayuda a los gobiernos estatales. Los jubilados recibirían un cheque por 250 dólares del seguro social.

Obama dijo que el plan salvará o creará 3,5 millones de empleos. Los republicanos sostienen que los recortes fiscales son insuficientes y se reparte demasiado dinero en proyectos de escaso rendimiento como el de mejores computadoras para las agencias federales.

El proyecto de ley pasa ahora al Senado, donde es posible que sea votado a la brevedad a fin de satisfacer el plazo fijado por Obama para firmarlo la semana entrante.

El plan, contenido en 1.071 páginas, combina 281.000 millones de dólares en reducciones fiscales para personas y empresas con más de medio billón en gastos gubernamentales. El dinero será dedicado a gastos sociales como cuidados médicos, cupones de alimentos y ayuda para los estados, así como una partida para gastos de infraestructura. Los jubilados recibirán un bono de 250 dólares de la Seguridad Social.

Ante el comentario de que ningún legislador republicano respaldó la medida, el secretario de prensa de la Casa Blanca, Robert Gibbs, insistió que "esperamos salvar o crear 3,5 millones de empleos".

Los republicanos dijeron que el plan no tendrá efecto porque las reducciones fiscales son insuficientes y contiene además muchos gastos aleatorios que nada tienen que ver con la creación de empleos, como mejorar las computadoras de los organismos federales.

"Esta legislación es muy insuficiente", dijo el líder de la minoría republicana en la Cámara de Representantes, John Boehner. "Con un precio superior al billón de dólares cuando son incluidos los intereses, costará a cada familia casi 10.000 dólares de endeudamiento extra. Se trata de un robo generacional que pagaran nuestros hijos y nietos durante mucho tiempo".

La cifra de 787.000 millones de dólares fue reducida de las versiones debatidas con anterioridad para lograr el respaldo vital de tres senadores republicanos (Susan Collins, Olympia Snowe y Arlen Specter), con lo que los demócratas obtuvieron los 60 votos necesarios para su aprobación en la cámara alta.

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