jueves, 26 de febrero de 2009

La Corte federal de Nueva York atenderá dos casos de presunto fraude

NUEVA YORK.- Las autoridades federales interpusieron ya cargos en dos investigaciones sobre presuntos fraudes de valores, y señalaron que uno de esos esquemas ilícitos se descubrió tras la gran difusión dada al escándalo de Bernard Madoff.

En ese caso, James Nicholson, administrador de fondos en Nueva Jersey, fue acusado de defraudar a los inversionistas. Los supuestos fraudes de Nicholson, de 42 años, se habrían realizado desde el 2004 y sumarían 900 millones de dólares.

Los fiscales dijeron que el fraude fue descubierto después de que varios inversionistas trataron de retirar el dinero de su fondo Westgate Capital, tras enterarse de la estafa de más de 50.000 millones de dólares atribuida a Madoff.

En el segundo caso, Paul Greenwood, de 61 años, y Stephen Walsh, de 64, fueron acusados de complot, fraude de valores y fraude mediante transacciones electrónicas.

Greenwood y Walsh estaban a cargo de WG Trading Company LP, con sede en Greenwich, Connecticut, y de Westridge Capital Management Inc., de Santa Bárbara, California. Tenían también oficinas en Manhattan y en Jersey City, Nueva Jersey.

Según la querella penal, sus clientes incluían "fundaciones caritativas y universitarias, planes de pensión y jubilación, así como otras instituciones".

Se dijo a los inversionistas que su dinero daría dividendos mediante una estrategia llamada "índice bursátil mejorado", la cual superaría los rendimientos del referente Standard & Poor's de 500 acciones en la Bolsa de Valores de Nueva York.

La investigación comenzó a principios de este mes, con una auditoría practicada por National Futures Association, una agencia reguladora con sede en Chicago, que se enfoca en la industria de mercados a término en Estados Unidos.

El grupo expulsó de sus filas a los grupos mencionados luego de que se negaron a responder preguntas sobre sus libros contables.

Los registros mostraron que de los 812 millones de dólares en activos controlados por su operación, 794 millones estaban en notas de compromiso, las cuales señalaban que Greenwood y Walsh eran dueños del dinero de su propio fondo.

Los fiscales alegan que desde mediados del 2007, 1,3 millón de dólares en transferencias electrónicas ilegales fueron realizadas a cuentas bancarias de Greenwood y de la esposa de Walsh.

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