jueves, 19 de febrero de 2009

La crisis despierta el fantasma de la "quiebra" de un país de la UE

BRUSELAS.- ¿Existe el riesgo de que un país de la Unión Europea (UE) "quiebre" financieramente? ¿Cómo lo podrían ayudar los otros miembros del bloque? Estas preguntas inimaginables hace unos meses comienzan a plantearse a raíz de la gravedad de la crisis y la explosión del déficit público.

"No puedo descartar" la hipótesis de un "incumplimiento de pagos" de un país europeo, subrayó un alto responsable europeo, que no quiso revelar su identidad.

"Si hay candidatos, en el sur de Europa el candidato número uno sería Grecia, en el oeste sería Irlanda, en el centro Hungría, que tiene problemas de inestabilidad, y en el este Ucrania", que no forma parte de la UE pero es fronteriza, agregó ese responsable.

Sin embargo, esta perspectiva aparece lejana por el momento. La mayoría de los economistas no quieren ser alarmistas y subrayan que la capacidad de reembolsar la deuda de los países de la Eurozona sigue siendo buena, a pesar de la opinión de las agencias de calificación financiera.

La principal de ellas, Standard and Poor's, revisó recientemente a la baja su apreciación de la deuda de España, Grecia y Portugal, lo que obliga a los países concernidos a pagar tasas de interés más importantes para financiar su déficit.

Como consecuencia de esta situación, la brecha de las tasas de interés entre países de la Eurozona nunca ha sido tan elevada, lo que pone a prueba la Unión Monetaria, uno de los fundamentos de la UE.

Mientras que Alemania, buen alumno de la clase europea, mostraba este jueves una tasa de préstamo a 10 años de 3,04%, la de Irlanda era de 5,54% y la de Grecia de 5,88%.

Fuera de la zona euro, en el este de Europa, la de Polonia llegaba al 6,12% y la de Hungría a cerca del 12%.

Ante este panorama, el Banco Central Europeo (BCE) se inquieta. Su economista en jefe, Jurgen Stark, acaba de advertir sobre la posibilidad de una verdadera "crisis de las finanzas públicas" si los déficits continúan aumentando.

El ministro alemán de Finanzas, Peer Steinbrueck, también se refirió esta semana a la posibilidad de una crisis severa. "Ciertos países encuentran progresivamente dificultades con sus pagos" de la deuda, dijo.

En caso de que algunos de ellos tengan que pedir ayuda, "nos mostraremos listos para actuar y estabilizar esos países", agregó.

Sin embargo, por el momento no existe ningún mecanismo de ayuda entre países de la zona euro.

Por su parte, el BCE tiene pocas posibilidades de salir al rescate de los Estados y la Comisión Europea no tiene derecho según los tratados de la UE de pedir fondos en los mercados.

En cuanto a la idea de "euro-obligaciones" -préstamos a Estados suscritos por varios países para compartir el riesgo-, permanece bloqueada por Alemania, que se resiste a pagar por los otros.

Fuera de la zona euro, en cambio, se encuentra disponible un paquete de la UE de 25.000 millones de euros que puede ser utilizado bajo la forma de préstamo para ayudar a países miembros del bloque que no utilizan la moneda única.

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