miércoles, 18 de febrero de 2009

La fragilidad monetaria de los países del Este preocupa cada vez más a la UE

BRUSELAS.- La preocupación crece en Europa ante las turbulencias monetarias en los países del Este, duramente golpeados por la crisis económica, aunque la idea de un gran plan de ayuda aún no logra imponerse.

"Estoy preocupado por la evolución de la volatilidad en las tasas de cambio de algunos miembros de la Unión Europea que tienen régimen de flotación" de sus monedas, dijo este miércoles el comisario europeo de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia.

"Estoy preocupado también por la posibildiad de que ciertas declaraciones públicas hayan acelerado esta evolución", agregó Almunia, después de que el primer ministro polaco Donald Tusk dijese el martes estar listo a defender el zloty si su cotización caía demasiado.

En efecto, el zloty polaco, la corona checa y el florint húngaro están en caida libre desde hace meses con respecto al euro y en los últimos días alcanzaron cotas históricas. El florint, por ejemplo, tocó en la tarde del martes un nuevo mínimo histórico a 309,5 por euro, cuando el tipo de cambio promedio de la divisa húngara se situaba desde 2007 en torno a los 260 florints por euro.

Ante esta situación, el primer ministro húngaro Ferenc Gyurcsany estimó este miércoles que los gobiernos de los países de la zona euro y de fuera de ésta debían obtener juntos el apoyo de la UE para desbloquear 100.000 millones de euros con el fin de salvar a los bancos de Europa del Este.

"Deberíamos reunir un amplio círculo de países (miembros de la UE) para constituir un fondo de apoyo a los bancos de 100.000 millones de euros", declaró Gyurcaany a periodistas extranjeros en Budapest.

Explicó que es necesario hacer acopio de fuerza y "forjar una alianza fuerte" de aquí al Consejo Europeo de mediados de marzo. Gyurcsany precisó que ya ha conversado del tema con responsables austríacos. Con 280.000 millones de euros de créditos, los bancos austríacos son las instituciones occidentales más expuestas en Europa del Este.

En ese sentido, Austria desea el lanzamiento de un plan europeo de estabilización de los sistemas financieros de los países del ex bloque comunista que ingresaron en 2004 y 2007 y aún no están en la Eurozona (República Checa, Hungría, Polonia, Lituania, Letonia, Estonia, Bulgaria y Rumania) a fin de limitar los efectos de la crisis mundial.

Sin embargo, ni la Comisión Europea, ni Francia y Alemania se han mostrado entusiastas por el momento ante esta iniciativa.

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