jueves, 19 de febrero de 2009

Los planes de rescate bancarios del Gobierno inglés elevarán la deuda pública a 1,5 billones de libras

LONDRES.- Los sucesivos paquetes de rescate bancarios promovidos por el Gobierno de Reino Unido elevarán la deuda del país a los 1,5 billones de libras, según anunció hoy la Oficina Nacional de Estadística (ONS, en sus siglas en inglés), lo que supondría dos veces en actual nivel de préstamo y equivaldría al 100 por ciento del PIB británico.

La cifra representa una estimación, puesto que será necesario un plazo mayor para diagnosticar el impacto en el sector público de las recapitalizaciones y planes de recuperación. Además, según los expertos, podría no corresponder al esquema final, ya que la evaluación sólo tiene en cuenta los problemas heredados de los bancos, pero no los activos de capital que pueden generar.

Sin embargo, la ONS alegó que las previsiones se basan en el hecho de que el Gobierno tiene la "capacidad de controlar las políticas empresariales de los bancos a través de las condiciones vinculadas a los acuerdos firmados para proceder a la recapitalización" a la que se vio obligado desde octubre como reacción al colapso de las entidades financieras a raíz de la crisis de crédito.

Para ello, consideró que las parcialmente nacionalizadas, como el Royal Bank of Scotland (RBS), donde el Gobierno controla el 68 por ciento, o el Lloyds Banking Group, con un 43 por ciento en manos del Estado, deberían ser gestionadas como compañías públicas y sus resultados, abordados desde la perspectiva de la Administración, no del sector privado.

Hasta ahora han sido ya 37.000 los millones de libras tomados por estas entidades a partir del plan de recapitalización, si bien hay partidas adicionales en materia de garantías al crédito y los resultados de operaciones anteriores como la que llevó hace ahora un año a la toma de posesión de Northern Rock para salvarlo de la quiebra y, posteriormente, de Bradford & Bingley.

De esta manera, la deuda pública se encuentra actualmente en el 47,8 por ciento, un porcentaje récord desde que los registros de la ONS comenzaron en 1993, si bien ha sido defendida por el primer ministro, Gordon Brown, como la decisión acertada para superar la recesión en la que ya ha entrado el país, debido a los bajos niveles de préstamo que presentaba hasta recientemente.

De hecho, se trata de uno de los factores de cabecera por los que Brown considera que el país se encuentra mejor posicionado para hacer frente a la crisis que en episodios precedentes, al igual que el hasta hace poco saludable mercado laboral, con una tasa de paro del 6,1 por ciento, inferior a la europea, y el margen de maniobra para actuar en los tipos de interés, que también han alcanzado niveles inéditos en los más de 300 años del Banco de Inglaterra tras ser rebajados al 1 por ciento el pasado 5 de febrero.

No obstante, según el informe de la ONS, las finanzas públicas experimentaron un fuerte revés el pasado enero, un mes tradicionalmente favorable debido a las devoluciones fiscales. El préstamo neto, la medida de referencia del Gobierno, alcanzó un superávit de 3.340 millones de libras, 10.000 millones menos que hace un año y el nivel más bajo de 1995, cuando los laboristas aún no habían llegado al poder con el que se hicieron dos años después.

Además, la economía se vio afectada por el incremento que, en paralelo, se registró en el gasto gubernamental, de hasta casi un 9 por ciento, y en la inversión pública, que contrasta con el déficit fiscal de 67.200 millones, casi tres veces más de los 23.900 que presentaba esta variable hace tan sólo un año.

Por todo, los expertos consideran que el ministro del Tesoro, Alistair Darling, debería corregir las previsiones de préstamo, fijadas en 78.000 millones de libras para el actual año fiscal, que termina el 5 de abril, y elevarlas a unos 100.000 en total.

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