domingo, 22 de febrero de 2009

Los políticos alemanes, divididos por la ayuda a Opel

BERLÍN.- Los conservadores que gobiernan en Alemania discutieron el fin de semana sobre el punto hasta el que debería llegar el Ejecutivo para rescatar a Opel, la filial de General Motors, y algunos políticos defendieron que debería dejarse al endeudado fabricante defenderse por sí mismo.

Michael Fuchs, un influyente líder parlamentario de la CDU, el partido democristiano de la canciller Angela Merkel, dijo que la insolvencia de Opel parecía inevitable y habló en contra del apoyo estatal, advirtiendo de que cualquier ayuda alemana terminaría yendo a GM.

Con las marcas europeas de GM cerca de la ruina ante la crisis global, Günther Oettinger, presidente del estado de Baden- Wuerttemberg, dijo que la ayuda estatal a Opel podría dar al fabricante automovilístico una ventaja competitiva injusta.

Pero otros conservadores, especialmente los líderes de CDU en los estados donde están localizadas las plantas de Opel, se posicionaron a favor de un rescate de Opel, que lleva construyendo coches desde 1899.

"Si todos trabajamos juntos, encontraremos una solución", dijo Jürgen Ruettgers, presidente del estado de Renania del Norte-Westfalia.

Merkel, que se enfrenta a unas elecciones en septiembre, ha dicho que su gobierno está esperando a ver qué planes presenta Opel antes de decidir cómo ayudará. En noviembre, dijo que el Gobierno estaba preparado para avalar préstamos a Opel.

Opel, el primer fabricante europeo de automóviles que busca un rescate gubernamental desde que comenzó la crisis, estaba en aquel momento buscando avales para préstamos por alrededor de 1.000 millones de euros para 2009.

Pero una fuente de la compañía dijo el viernes que el grupo necesita ahora 3.300 millones de euros para mantenerse a flote hasta finales de 2011.

El Gobierno ha concedido ya 87.000 millones de euros en avales estatales a un banco en problemas, Hypo Real Estate, y la intención generalizada de ayudar al fabricante automovilístico ha caido.

"Si el Estado ayuda a Opel ahora, entonces tendrá que ayudar a BMW mañana, y a Daimler al día siguiente, y a todos los proveedores de piezas", dijo Hans-Olaf Henkel, un ex presidente de la patronal industrial alemana BDI y consejero delegado de IBM Europa.

"Y en un suspiro, antes incluso de que nos demos cuenta del desastre, habremos recuperado la Alemania oriental comunista", dijo a una radio alemana.

Fuchs, respetado como defensor de las empresas pequeñas en la CDU de Merkel, dijo al Berliner Zeitung: "La insolvencia de Opel es inevitable. El Estado no debería intervenir para evitar una insolvencia con préstamos. El dinero terminará en Estados Unidos. No podemos votar apoyando nada parecido".

Oettinger, cuyo estado, Baden-Wuerttemberg, alberga a Daimler y Porsche, también habló contra la ayuda a Opel.

"Hay un peligro de distorsionar la competencia en el sector automovilístico", dijo al diario Welt am Sonntag. "La ayuda estatal para los pequeños negocios sería inconcebible. Así que solo es justo tratar a las compañías independientemente de su tamaño".

Opel llegó a ser el mayor fabricante de coches de Alemania, con una cuota de mercado del 38 por ciento en 1928 -el año antes de que fuera comprada por GM.

Con cerca de 25.000 trabajadores en Alemania, se ha visto afectada por una demanda débil y los problemas de su matriz estadounidense.

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