lunes, 2 de febrero de 2009

Los republicanos se oponen al plan económico de Obama

WASHINGTON.- El Senado estadounidense inicia este lunes un debate que se anuncia peliagudo sobre el plan de reactivación económica del presidente del país, Barack Obama, al que se oponen la mayoría de legisladores republicanos por considerarlo lleno de gastos inútiles y de errores.

La oposición, que votó unánimemente en contra del plan, estimado en un mínimo de 819.000 millones de dólares en la Cámara de Representantes, está dispuesta a presentar su propia estrategia.

El paquete republicano estaría básicamente centrado en recortes de impuestos para los hogares y en estímulos para las pequeñas y medianas empresas, anunció este lunes el ex candidato presidencial republicano, John McCain.

"Llegó el tiempo de sentarse y negociar realmente, algo que no hemos hecho hasta ahora", declaró McCain a la cadena CNN.

Obama ha pedido urgencia en repetidas ocasiones al Congreso para enfrentarse a la dura recesión, que se está cobrando decenas de miles de empleos cada semana.

El clima económico sigue en una situación de temor creciente, como atestigua la caída en diciembre, por sexto mes consecutivo, del consumo en el país, un 1% mensual, según cifras oficiales publicadas este lunes.

Los demócratas tienen una mayoría relativa en el Senado, con 58 escaños de 100, pero las reglas de la Cámara pueden permitir a la oposición retardar la aprobación mediante largos debates.

Los republicanos no pueden aparecer, sin embargo, como los culpables de un fracaso legislativo, consideran los analistas, por eso activaron su propia alternativa, que en función de la voluntad del presidente Obama, podría acabar fundiéndose con su paquete inicial.

El plan demócrata se basa en una cuarta parte en recortes de impuestos, en un tercio destinado a ampliar derechos sanitarios y en renovación de infraestructuras públicas.

La oposición republicana arguye que una inversión gigantesca en sanidad pública, del orden de 300.000 millones de dólares, no supone una reactivación económica.

La oposición también critica que muchos de los proyectos que contiene el plan fueron elaborados a toda prisa, y que no podrán ser desembolsados antes de un mínimo de dos años.

Obama también maniobra por otro lado para asegurarse el respaldo opositor. Un prominente senador republicano, Judd Gregg, podría ser nombrado secretario de Comercio esta semana, confirmó una alta fuente oficial bajo anonimato en la Casa Blanca.

Inicialmente, este gesto de Obama ha sido interpretado como una hábil maniobra para que el gobernador demócrata del Estado de Gregg, New Hampshire, nombrara a un demócrata en su lugar, con lo que el partido del presidente estaría muy cerca de la cifra de 60 senadores, que le evitaría en el futuro mayores problemas en la Cámara.

Obama tiene que nombrar a un nuevo titular de la cartera de Comercio debido a la renuncia del hispano Bill Richardson por problemas fiscales, fenómeno espinoso que se ha repetido con cierta insistencia con otros cargos.

Sin embargo, Gregg aseguró el domingo que si es nombrado secretario de Comercio, Obama respetará el equilibrio actual y por ello será nombrado otro senador republicano en su lugar.

Esa alternativa debería contar con la aprobación del gobernador de New Hampshire, John Lynch.

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