jueves, 5 de febrero de 2009

No cae bien el lema "compre productos estadounidenses"

NUEVA YORK.- La promesa que hicieron en noviembre los líderes de 20 de las principales economías del mundo de no poner barreras al comercio por al menos un año no duró mucho.

El paquete de estímulo para la economía estadounidense contiene una cláusula por la que los proyectos públicos costeados por el fisco deben emplear hierro y acero producidos en Estados Unidos, y esto no ha caído bien en el exterior.

Esa medida cuenta con fuerte apoyo de los legisladores demócratas y de los sindicatos, y es bien vista por el público en general en esta época de penurias económicas. Pero muchos republicanos, grupos empresariales y economistas la rechazan, aduciendo que pude generar represalias y agravar la recesión mundial, igual que sucedió con las medidas proteccionistas de la década de 1930.

"Si nos negamos a comprar bienes extranjeros, nuestros socios se van a negar a comprar nuestros productos", expresó el presidente de la Cámara de Comercio estadounidense Thomas Donahue.

En todo el mundo los gobiernos enfrentan fuertes presiones internas para que protejan los puestos de trabajo y las industrias nacionales. La situación económica mundial empeoró desde la reunión de noviembre en Washington en la que el Grupo de los 20 se comprometió a combatir las barreras comerciales.

La cámara baja aprobó la semana pasada un proyecto que obliga a usar acero y hierro producidos en el país en toda obra pública. El Senado considera una iniciativa más dura todavía, que obligaría a emplear exclusivamente productos nacionales en las obras públicas.

Esto coloca en una posición delicada al presidente Barack Obama en momentos en que busca apoyo a su plan de rescate económico de 900.000 millones de dólares.

Si Obama descarta esa medida, podría irritar a los demócratas. Pero si acepta iniciativas proteccionistas fuertes, se arriesga a causar malestar entre los socios comerciales de Estados Unidos. Hay quienes avizoran incluso una nueva guerra comercial.

Sin aludir específicamente a los proyectos de las dos cámaras, Obama declaró a Fox News que "no podemos enviar un mensaje proteccionista". A ABC, mientras tanto, le dijo que era importante "que las medidas que se incluyan (en la ley) no desaten una guerra comercial".

Los promotores de las medidas afirman que las políticas comerciales de las últimas décadas incluyeron siempre cláusulas de ese tipo y aseguran que no violan las obligaciones comerciales internacionales.

"La verdad es que creemos que todo esto es pose", comentó Scott Paul, director ejecutivo de la Alliance for American Manufacturing, una coalición sindical que apoya las medidas.

El portavoz de la Casa Blanca Robert Gibbs dijo el miércoles que Obama quiere que la iniciativa sea redactada de modo tal que "se impulse la economía sin generar roces innecesarios con nuestros socios comerciales de todo el mundo que puedan comprometer la reactivación de nuestra economía".

Funcionarios de la Unión Europea declararon que podrían radicar una queja ente la Organización Mundial del Comercio si Estados Unidos toma medidas proteccionistas.

John Bruton, el principal delegado de la UE en Washington, dijo que si se produce "un espiral de medidas proteccionistas en el mundo, eso solo perjudicará nuestras economías".

El Grupo de los 20 volverá a reunirse en abril en Londres, pero habrá discusiones preliminares este fin de semana en Roma.

Algunos dicen que la iniciativa denominada "Buy American" (Compre productos estadounidenses) se asemeja a la Ley de Tarifas Smoot-Hawley de 1930, que aumentó los aranceles sobre miles de productos importados. Otros países respondieron aumentando sus barreras a los productos estadounidenses, lo que generó una crisis del comercio internacional y agravó la Depresión.

Estados Unidos no es el único que contempla medidas destinadas a proteger industrias y trabajos. Europeos y chinos también están tomando algunas medidas de tono proteccionista.

El Instituto Peterson de Economía Internacional difundió esta semana un estudio según el cual la propuesta de "Buy American" podría costar más empleos que los que crea.

Uno de los autores del estudio, Gary Hufbauer, dijo en una entrevista que la medida será vista como "una licencia para que otros países tomen sus propias medidas proteccionistas".

"Estados Unidos siempre pregonó los mercados libres y el comercio sin barreras. Y ahora está violando sus compromisos internacionales", agregó.

Los promotores de la medida descartan la posibilidad de una guerra comercial. Dicen que abarca solo los gastos del gobierno y no incrementa una sola tarifa de bienes o servicios extranjeros.

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