Este ERE se articularía contemplando tres posibilidades: la aplicación de una serie de días de cierre colectivo de la planta, una suspensión rotatoria temporal de empleo y un plan de bajas incentivadas, que en todo caso serían voluntarias.
La empresa explicó que hasta el momento ha respondido al descenso de la producción derivado de la caída de la demanda con la aplicación de las diferentes medidas de flexibilidad pactadas con los sindicatos.
Sin embargo, una vez "agotadas" estas medidas, la empresa se ve en la obligación de proponer el ERE, para lo que se abre un período de consultas de quince días de duración con los representantes de los trabajadores.
La empresa explicó que las bajas perspectivas de producción para 2009, no sólo en España sino en mercados a los que la fábrica exporta el 70% de su producción, están repercutiendo en sus planes industriales, en la organización y en el número de personas necesarias para la fabricación de los vehículos.
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