domingo, 8 de febrero de 2009

Robert Solow: ´El liberalismo puro en el sector financiero siempre es un fracaso´

MADRID.- Asegura sentirse decepcionado por los fallos de control en el sistema financiero. El Nobel de Economía de 1987 y ex asesor de Kennedy defiende que EE UU aún es capaz de ser un líder sólido desde político y económico. Del Gobierno español espera dos medidas: que cree proyectos que generen trabajo y que organice dentro de la Unión Europea una respuesta coordinada contra la recesión. Sobre el fin de la crisis marca una fecha: finales de este año.

Sentado en un cómodo sofá, Robert Solow desmenuza a dentelladas la actual crisis. El premio Nobel de Economía de 1987 habla despacio, pero seguro. A través de su mirada azul, casi transparente; de sus manos, que las usa de forma contenida para recalcar sus argumentos, y de su voz, grave pero amable, dibuja un panorama bastante desolador.

Pese a ello, quien le escucha no se marcha con la idea de que el futuro es negro. Habla de la actual crisis como algo pasajero, como algo que tenía que haber sucedido y que en poco tiempo llegará a su fin.

Empecemos por el principio, ¿qué le hizo ser economista?

(Duda unos instantes). Estoy intentado pensar qué fue lo que me hizo ser economista. Fui a la universidad en 1940 cuando tenía 16 años y pensé que iba a estudiar Biología, pero me llevó sólo unos meses comprobar que no era bueno en Biología. En lugar de Biología decidí estudiar Ciencias Sociales y lo hice hasta 1942. Tenía 18 años y decidí unirme al ejército. Dejé la universidad y me presenté voluntario para ir al ejército. Tres años después me licencié en el ejército y tenía que decidir qué hacer. Entonces le dije a mi novia, que ahora es mi mujer: "Tú has estudiado Económicas". Y me dijo: "Sí". "¿Fue interesante?". Y me contestó: "Sí". Pues dije: "Muy bien. Vamos con la economía". Esa es la historia verdadera.

¿Su mejor momento profesional llegó cuando le concedieron el Nobel?

No creo. Mi mejor época profesional fue en los años 50 cuando estaba haciendo el trabajo que luego me dio el premio Nobel. De hecho durante 1955, 1956 y 1957 tenía ideas muy buenas y estaba haciendo un trabajo muy bueno. Y 30 años después me dieron el premio. Pero realmente disfruté mucho más realizando el trabajo.

Nunca antes los economistas habían estado tanto en el foco de atención como ahora, ¿le gusta?
Cuando las épocas no van bien los economistas no están de moda y viceversa. No tiene que ver con los economistas, sino con cómo va la economía. Cuando hay una epidemia, los doctores están de moda. Si todo el mundo está sano nadie les presta atención.

Usted, aunque era muy joven, vivió el crack del 29. ¿Se parece en algo a la actual crisis?

No. Creo que es muy importante que todo el mundo se dé cuenta de que, pese a que la actual es una recesión muy seria y profunda, está muy alejada de la de los años 30. Debemos recordar que en ese momento la tasa de desempleo en EEUU era del 30%. Uno de cada tres trabajadores estaba desempleado. Algo parecido pasaba en Europa. Había mucha más incertidumbre. Nadie tenía ni idea de lo que había que hacer. Nadie estaba seguro. Hoy en día no es así aunque la situación es grave.

Ya sé que es complicado resumirlo, pero según usted, ¿por qué se ha llegado a esta situación?

No es una historia sencilla, porque hay dos cosas que habría que explicar. Una sería el hecho de que en EEUU, en España y en otros países de Europa hubo un auge inmobiliario. Había más casas construidas de las que la población podía permitirse comprar. En EEUU estas casas se vendieron a gente que no podía permitírselas. Se las vendieron de una forma deshonesta porque no podían pagarlas y algo parecido ha pasado en España. Pero con el tiempo si construimos demasiadas casas llega un momento que no es rentable construir más y entonces el sector de la construcción sufre. Hoy, en EEUU, estamos construyendo un tercio menos que en un año normal. La caída de la industria de la construcción es suficiente para crear una recesión pequeña, pero luego vendría la segunda parte.

¿Y es?

Durante la misma época, en parte en conexión con el auge inmobiliario, y en parte de manera independiente, el sector de servicios financieros (bancos, banca de inversión, aseguradoras...) estaba creando y comprando una gran cantidad de activos de riesgo y tomando grandes cantidades de dinero para financiar las compras de este riesgo.
Póngame un ejemplo.

Es como si yo tengo deudas y pido prestado una gran cantidad de dinero para apostar en las carreras. Si el caballo vence, yo gano mucho dinero, más de lo que tenía al principio. Pero si pierdo, todavía tengo que pagar las deudas. Entonces, el sector financiero se construyó a partir del auge inmobiliario y de otros activos de riesgo. Cuando esto se viene abajo, algo que se inició después del final del auge inmobiliario, la recesión es mucho peor de lo que hubiera sido sino se hubiera producido esta acumulación de activos de riesgo.

Ahora tenemos una profunda recesión, una recesión mucho más grave de la que podría haberse producido con una construcción sobrevalorada porque con la crisis financiera la gente de todo el mundo ha perdido riqueza. Había riqueza que creían que la tenían pero ahora no la tienen.

Y eso se traslada a la economía real.

La única respuesta es gastar menos y los negocios no pueden conseguir ventas. No obtienen beneficios, tienen que despedir a trabajadores y esto empeora todos los negocios.
Y también están los bancos.

A parte de ello, los bancos están pasando por dificultades, no prestan dinero porque tienen miedo y muchos negocios no pueden obtener el crédito que necesitan. Así lo que podría haber sido una recesión, se convierte en una recesión muy mala. Pero ya le dije que iba a ser complicado explicarlo. Es una respuesta muy larga para una pregunta corta.

En estos momentos, los bancos no dan créditos. ¿Qué ha pasado? ¿El dinero ha desaparecido?

Hay una restricción en el crédito, pero esto no se debe sólo a los bancos. No es que un banco esté ahí sentado y rechace prestar el dinero. El banquero tiene dos problemas. El primero es que no está seguro del valor de los activos que posee, lo que provoca que no sepa qué hacer. No está seguro. El segundo es que estamos en una recesión y no hay muchos prestamistas que tengan buenas perspectivas para obtener beneficios. No sólo es decirles a los bancos: `Venga, dejad el dinero´. El banquero no tiene la capacidad de prestar a causa de estos valores desconocidos y tampoco puede encontrar esos prestamistas que le puedan ayudar.

¿Cuál debería ser la respuesta al hundimiento de Wall Street?

Ya hemos hecho bastante para proporcionar capital a los bancos y puede que haya que capitalizar más. También hay que estudiar la creación de un banco malo para asumir los activos que ahora los bancos poseen y que no pueden valorar. Estas son actuaciones que hay que hacer inmediatamente. Ahora todos tenemos que encontrar maneras de regular el sistema financiero. No podemos impedir que suceda de nuevo pero podemos intentar conseguir que no dañe y contagie a la economía.

Entonces, ¿ha fracasado el liberalismo?

No. El liberalismo no ha fracasado, pero el liberalismo puro en el sector financiero siempre ha sido un fracaso. Hemos regulado algunos servicios financieros, pero nos hemos quedado atrás. Una de las personas que estaba equivocada era el señor Greenspan (fue presidente de la Reserva Federal desde 1987 a 2006) y parte de su problema fue que pensó que el sistema financiero sería estable por sí mismo y que no necesitaría regulación, pero todos ya sabemos ahora que esto no es así.

¿Usted como economista se siente estafado por la falta de control del sistema financiero?

Sí. Me sentí decepcionado. En parte ha sido por mi culpa y creo que no me di cuenta de lo importante que había llegado a ser el sistema bancario en la sombra, las instituciones financieras que no son bancos y que no están reguladas, y también empresas de valores privadas. No me había dado cuenta de lo importante que habían llegado a ser y de lo arriesgadas que habían llegado a convertirse. Y si algunos más de nosotros hubiésemos comprendido esto podríamos haber conseguido alguna regulación mucho antes.

Con todo lo que ha sucedido en su país, ¿es Estados Unidos un líder político y económico lo suficientemente fuerte en este momento?

Los Estados Unidos seguirán siendo una economía fuerte, de alta productividad e innovadora. Y en ese sentido serán un ejemplo para otros. Pero la idea de que cualquier cosa que se haga en Estados Unidos debe ser mejor de la que se hace en Europa, Japón o China siempre ha sido ridícula, y hoy es obviamente ridícula. Y por cierto, esto es algo que el señor Obama entiende de una manera que el señor Bush nunca ha comprendido.

En España hay un debate sobre si los ciudadanos deben consumir o ahorrar. ¿Cuál es su postura?
Como opción en estos momentos entre consumir o ahorrar, para la economía lo mejor es consumir, pero a largo plazo es mejor el ahorro. En este momento creo que es mejor el consumo, pero cuando se recuperen las economías sería el momento de cambiar al ahorro.

Ya que hablamos de España, ¿que debería hacer el Gobierno para salir de la crisis?

Hay dos cosas, al menos, que el gobierno español podría hacer. Y deben recordar que soy extranjero, vengo de fuera y no soy alguien que conozca bien la economía española. El Gobierno debería asumir proyectos que creen trabajo. Estos trabajos serían en el sector de las infraestructuras, pero otros trabajos deberían estar fuera de la industria de la construcción.

La segunda cosa que me gustaría ver que hace el gobierno español es que organiza dentro de la Unión Europea una respuesta coordinada y que intenta insistir en que todos los países estén de acuerdo para proporcionar un estímulo similar, porque si uno, dos o tres países lo intentan en solitario muchos de los beneficios se van a diluir. Sería bueno que España reforzase y apoyase una respuesta coordinada de todos los países europeos.

Un español tiene unos ahorros, ¿los invierte o los pone debajo del colchón?

Yo no los pondría debajo del colchón, pero buscaría en estos momentos un activo muy seguro. Creo que para los ciudadanos, lo seguro en estos momentos son los depósitos en un banco bien financiado. Los valores del gobierno son también muy seguros. Creo que ahora en lo que la gente debe invertir es en lo opuesto al riego, invertir en seguridad.

Todo el mundo quiere conocer cuándo va a acabar la crisis. Usted no tiene una bola mágica para saberlo, pero ¿qué le dice su instinto?

Esa es la pregunta del millón de dólares y se la podría hacer yo a usted en lugar de que usted me la haga a mí, pero creo que una persona razonablemente optimista, no totalmente optimista, puede pensar que hacia finales de este año las grandes economías de Europa y también de Estados Unidos podrían volver a subir de nuevo. Esta es una visión razonablemente optimista. La otra es que las cosas no van a mejorar, que podrían empeorar, de hecho estamos en una tendencia descendente que podría durar hasta 2010 aunque no creo que sea lo más probable que suceda.

Los ciudadanos también esperan de ustedes que les den esperanzas.

La lección principal que tendría para los ciudadanos sería que cada uno debe cuidarse de sí mismo y de su familia. Estamos arreglando la recesión, pero esto es una responsabilidad de los gobiernos de cada país y los ciudadanos deberían insistir en que los gobiernos tomen medidas inteligentes.

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