viernes, 20 de febrero de 2009

Sigue la tensión en las Antillas francesas, pese a la promesa millonaria de Sarkozy

PARÍS.- El presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunció una partida de 580 millones de euros (736 millones de dólares) para los departamentos de ultramar, inmersos en una grave crisis social, y llamó a la calma en Guadalupe, hundida en el caos.

Al día siguiente de la muerte de un sindicalista, primera víctima del conflicto, el jefe del Estado recibió en París a los cargos electos de los territorios de ultramar para tratar de calmar una situación que se degrada día a día.

"Hoy, tenemos el deber de escuchar a nuestros compatriotas y tenemos, al mismo tiempo, el deber de llevar la paz civil lo antes posible. La libertad de los guadalupeños y martiniqueses está amenazada, esto no puede durar", dijo.

Sarkozy anunció también que se desplazará a Guadalupe "cuando regrese la calma" para celebrar un debate sobre la situación.

El presidente francés prometió una partida suplementaria de 580 millones de euros para los departamentos de ultramar (DOM) que servirá para financiar el aumento de los salarios más bajos tal como reclaman los huelguistas.

Estos dijeron que querían conocer la propuesta en profundidad antes de pronunciarse sobre la misma.

Los DOM acumulan males sociales: el elevado precio de los productos de gran consumo, en su mayor parte importados desde la metrópoli, y un paro que sobrepasa el 20%.

En un intento de calmar los ánimos, el primer ministro, François Fillon, anunció el jueves por la mañana que el gobierno presentará a la patronal y los sindicatos antillanos una propuesta que permita un aumento "cercano a los 200 euros" (unos 255 dólares) de los salarios más bajos.

Esta es una de las principales reivindicaciones del "colectivo contra la explotación" (LKP), movimiento que lidera la huelga general contra la carestía de la vida que tiene paralizada Guadalupe desde el 20 de enero y a la que el 5 de febrero se unió la vecina Martinica.

Ahora también amenaza con extenderse a la isla de La Reunión, en el océano Índico, donde se ha convocado una huelga para el 5 de marzo.

La situación en las Antillas sigue siendo muy tensa. Las fuerzas de seguridad volvieron a ser blanco de disparos en la localidad turística de Gosier, situada a unos 10 km de la capital, Pointe a Pitre. Ningún agente fue herido pero las fuerzas de seguridad se retiraron de esa localidad.

La víspera, un sindicalista que regresaba de un piquete de huelga murió de un disparo y seis policías resultaron heridos, en la peor noche de disturbios desde que comenzó el conflicto.

Fillon negó la implicación de la policía en la muerte del sindicalista, que la atribuyó a "delincuentes".

El líder del colectivo LKP, Elie Domota, sin embargo, mostró sus "dudas" respecto a la "versión oficial" y reclamó una "investigación en profundidad" para resolver ese crimen.

Según un primer balance policial, en la noche del miércoles fueron detenidas 39 personas, cinco comercios fueron incendiados y la alcaldía de una pequeña localidad, Sainte Rose, fue saqueada.

De 8.000 a 10.000 personas, según la policía, se manifestaron este jueves en Martinica, convocadas por el "Colectivo del 5 de febrero" para protestar por la situación.

Sarkozy ha recibido numerosas críticas por haberse mantenido al margen cuando estalló el conflicto y no haber dado la cara antes.

Además de las cuestiones económicas, el conflicto ha desenterrado antiguas tensiones raciales entre la mayoría negra y los "bekés", las familias blancas descendientes de los esclavistas, que controlan además buena parte de la economía de las islas, especialmente el sector de la distribución, y a quienes los huelguistas responsabilizan de la carestía de la vida.

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