viernes, 20 de febrero de 2009

'Sir Allen' Stanford, una amante del trópico, del cricket y... el dinero

NUEVA YORK.- Allen Stanford, acusado de un fraude de 9.200 millones de dólares, es un multimillonario texano de tercera generación, amante de las islas tropicales y de los deportes para ricos.

Nacido en 1950 en una pequeña ciudad petrolera de Mexia, a una hora y media de Dallas (Texas, sur de EEUU), Stanford se hizo cargo de la empresa financiera familiar fundada en 1932 en plena depresión, ufanándose de los rígidos principios de su abuelo Lodis: "trabajo duro, visión clara, beneficios para los clientes".

Hoy, el Stanford Financial Group, casa matriz de una nebulosa alrededor de la cual orbitan muchas empresas, reivindica clientes en 140 países, administrando unos 50.000 millones de activos.

Hace ya unos diez años, este hombre de bigote cuidado obtuvo la ciudadanía del paraíso fiscal antillano de Antigua y Barbuda, donde obtuvo un título nobiliario en 2006, que le fue concedido en presencia del príncipe Eduardo, el tercer hijo de la reina de Inglaterra. Desde entonces, exige ser llamado "Sir Allen".

Este residente de St. Croix, en las Islas Vírgenes estadounidenses, multiplica los compromisos filantrópicos que le aseguran diversas distinciones honoríficas, entre ellas una que le fue conferida en 2006 por la Organización de Estados Americanos (OEA).

El Grupo Stanford participa asimismo de numerosos eventos deportivos en las Antillas, tales como un campeonato de polo y de regatas en Antigua, y es el creador de un torneo de cricket muy prestigioso organizado en estas islas caribeñas, lanzado en 2005.

Un torneo de golf organizado en Tennessee (sur de EEUU) es una etapa del circuito PGA, y Stanford apadrina también un torneo de tenis en Miami (Florida).

Pero después del anuncio del involucramiento de Allen Stanford en un nuevo y gigantesco fraude bancario, que lo convirtió en un delfín del neoyorquino Bernard Madoff en el tablero de los mayores estafadores de todos los tiempos, se multiplican también las revelaciones sobre diversos síntomas de delirios de grandeza.

Este graduado en la modesta universidad texana de Baylor fue objeto de varias demandas por parte de la prestigiosa Universidad de Stanford, por haber afirmado que podría estar emparentado con su fundador, lo que la universidad niega rotundamente. La universidad californiana dio a conocer un comunicado en el cual recuerda su demanda por usurpación de marca y niega cualquier vínculo con 'Sir Allen'.

Stanford también apareció en la prensa el año pasado tras dejarse fotografiar con las esposas de varios campeones de cricket inglés, una de ellas embarazada, sentadas sobre sus rodillas.

Tras el anuncio el martes de demandas por parte de las autoridades bursátiles, la liga inglesa de cricket puso fin a las conversaciones sobre un nuevo acuerdo de patrocinio por el Stanford Group.

El menosprecio de 'Sir Allen' por las tradiciones parece extenderse a su estilo de administración: según la Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos, el comité de inversiones del Stanford International Bank (SIB), que está en el centro del escándalo, era dirigido por personas elegidas más por su proximidad con Stanford que por su competencia.

Había hecho sentar allí a su padre, así como a un amigo de la familia en Mexia, más conocedor de ganado y de venta de automóviles, según la SEC. El director financiero, James Davis, era su compañero de cuarto en la universidad. Stanford tenía como asistente a una joven, Laura Pendergest-Holt, que no tenía ninguna experiencia financiera.

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