lunes, 23 de febrero de 2009

Trichet observa los primeros signos de una reducción del crédito en la zona euro

PARÍS.- El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, aseguró hoy que el flujo neto del crédito en la zona euro ha sido positivo durante la mayor parte de las turbulencias financieras que han durado más de año y medio, pero que, "en las últimas semanas, se han visto los primeros signos de una bajada del crédito".

"Evidentemente, una parte importante de esta caída está provocada por la demanda", argumentó Trichet durante su intervención en una conferencia sobre el futuro de la regulación del sistema bancario organizada en París por el Comité Europeo de Reguladores (CESR).

Así, expuso que las empresas están posponiendo sus inversiones, reflejando la debilidad de las perspectiva económicas y que también los hogares están reduciendo sus solicitudes de préstamos por las mismas razones. No obstante, todo ello son, a su juicio, indicadores de que la caída del crédito refleja igualmente un "endurecimiento de las condiciones" financieras asociadas al fenómeno del 'deleveraging'.

Por ello, dijo que el BCE vigilará de cerca el desarrollo de los acontecimientos y advirtió de que si tal comportamiento se generaliza en todo el sistema bancario "minaría la razón de ser del sistema en su conjunto".

"El sistema financiero de la zona euro, como el de otras economías industrializadas del globo, está bajo una fuerte tensión. Eso no es nuevo. Pero lo que está cada vez más claro es que las tensiones se han extendido a la economía real", relató Trichet, para quien el sistema financiero está "dificultando" la recuperación económica y, al mismo tiempo, la recesión está aumentando la presión sobre el sistema financiero.

"Esta situación es más difícil de combatir que si los problemas se hubieran quedado limitados al sector financiero", argumentó el responsable del BCE.

Por otra parte, se mostró partidario de reforzar la supervisión macro-prudencial que llevan a cabo los bancos centrales en el contexto de las lecciones que cabe aprender de la crisis financiera y subrayó que el BCE tiene la capacidad técnica de asumir un "mayor papel" en este tipo de supervisión. Es más, consideró "natural" extender el actual mandato asignado por el Tratado, que garantiza la estabilidad financiera.

"Las labores de la supervisión macro-prudencial incluyen el seguimiento y análisis de la estabilidad financiera, pero ello va más allá e incluye el desarrollo de sistemas de alerta temprana y un rol de regulación y supervisión desde la perspectiva de la estabilidad financiera", agregó.

En este sentido, consideró importante un "mayor grado de transparencia" con respecto a las actividades de las instituciones financieras y los mercados relevantes y que los bancos centrales tengan acceso a la información de supervisión esencial para sus evaluaciones.

Finalmente, propuso que el refuerzo del sistema financiero se centre en lograr tres objetivos: la sostenibilidad a largo plazo, mejorar su resistencia frente a las crisis y mantener una perspectiva integral o de conjunto.

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