jueves, 26 de febrero de 2009

Un banquero norteamericano distribuye 60 millones de dólares entre sus empleados

NUEVA YORK.- En una época en la que los banqueros son vistos como figuras despiadadas y ambiciosas, Leonard Abess Jr. es una excepción.

Luego de vender su banco por una fortuna a fines del año pasado, sacó 60 millones de dólares de su bolsillo y los distribuyó entre sus empleados. Y no solo entre los altos ejecutivos, como es la norma: 471 empleados o ex empleados jubilados, incluidos secretarias y mensajeros, recibieron un promedio de 127.000 dólares cada uno.

"Todos nos sorprendimos. Aunque, conociendo a Leonard, no debería llamarnos la atención", comentó William Perry, un ex empleado jubilado, que trabajó 43 años con el City National Bank de la Florida, donde empezó en la limpieza y llegó a ser vicepresidente. Perry, quien tiene 78 años, recibió 50.000 dólares, que usa para pagar los estudios de derecho de su hijo.

El presidente Barack Obama invitó el martes a Abess a su discurso ante las dos cámaras del Congreso y destacó su generosidad y su humildad.

"Es un banquero brillante, eso es bastante obvio, a juzgar por lo bien que le fue al banco todos estos años. Y está claro también que es una persona muy generosa", dijo Ginger Nunn, vicepresidente del banco. "Es un ejemplo no solo para todo ejecutivo bancario, sino para todo empresario".

Abess, de 60 años, no atendió llamadas después de la presentación del martes, y tampoco asistió a la entrega de los sobres con las bonificaciones en noviembre. De hecho, ese gesto no había trascendido hasta que él lo mencionó al pasar en una entrevista reciente con el diario Miami Herald.

El padre de Abess fundó el banco en 1946 y Abess se inició en una imprenta y fue escalando posiciones en el mundo empresarial. Su familia vendió el banco a un grupo de inversionistas en la década de 1980, el cual lo vendió a su vez al magnate cafetero colombiano Alberto Duque.

Cuando Duque fue a parar a la cárcel tras ser hallado culpable de desfalco, Abess adquirió en 1985 la mayoría del paquete accionario en 21 millones de dólares, todos prestados, y luego compró el resto en 6 millones.

Cuando lo compró, el banco tenía activos por 400 millones de dólares y siete sucursales. Lo dejó con 2.750 millones de dólares en activos y 18 sucursales.

Mientras otros directores de bancos distribuían fortunas entre sus amigotes pese a que las instituciones se desmoronaban, Abess mantuvo a flote al City National, que nunca dejó de rendir dividendos y no recibió dinero del gobierno.

Cuando vendió el 83% de su participación a un banco español en 927 millones de dólares, decidió repartir parte de sus ganancias entre los 399 empleados y 72 ex empleados jubilados.

"Mucha gente vino a trabajar para mí y permaneció en el banco sin ninguna promesa de participación en las ganancias, y siempre me dije que algún día les iba a dar una sorpresa", declaró al Herald. "Yo no necesito ese dinero".

Algunos allegados lo convencieron de que no era conveniente enviar los cheques sin aviso.

Por ello, Abess, quien sigue siendo el presidente y director ejecutivo del banco, grabó un video en el que alerta a los empleados que va a vender el banco y que no van a ser despedidos. Una vicepresidenta, Linda Naughton, se comunicó con algunos ex empleados y les dijo que recibirían una carta de Abess y que "mejor se sentasen antes de abrirla".

Joyce Andrews, quien trabajó 57 años en el City National, parte de ellos como secretaria del padre de Abess, conoce al banquero desde que era niño. El martes por la noche, Andrews, de 75 años, dijo que Abess era como un hijo.

"Esto es algo increíble", señaló la mujer, quien no reveló cuánto había recibido. "Tiene que ser el episodio más estimulante del año, ¿no le parece? El solo hecho de que haya pensado en esto, y que lo haya hecho.

"Hay gente que tiene dinero y no hace nada con él. Es suyo y basta. Lo que hizo él es algo muy bonito", acotó.

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