domingo, 8 de febrero de 2009

Zapatero dice que no recortará en España los derechos de los trabajadores

MADRID.- El Gobierno no abaratará el despido ni recortará los derechos de los trabajadores como respuesta a la crisis económica, sino que creará puestos de trabajo y garantizará las prestaciones para los desempleados, según aseguró el domingo el presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero.

Afirmó en un acto con alcaldes del PSOE que la crisis la han generado los que "no tienen escrúpulos" y que el Gobierno "no dejará a ninguna familia en la cuneta", asegurando que pondrá todos los recursos necesarios para luchar contra el paro.

En ese acto organizado por los socialistas en Madrid con unos 1.200 alcaldes de la formación para hablar del Fondo de Inversión Municipal aprobado por el Gobierno, que benefica a los ayuntamientos con 8.000 millones de euros, el jefe del Ejecutivo central afirmó que la crisis la han generado "los que no tienen escrúpulos y los que piensan en la avaricia".

Por ello, Zapatero ha subrayado que no se deteriorarán las condiciones laborales ni se abaratará el despido, "como a algunos les gustaría", para lo que trabajará con empresarios y sindicatos, de forma que se favorezca el empleo.

Rodríguez Zapatero señaló que el Gobierno es "hoy, ante todo, el de las personas que pierden su empleo, de las familias con más dificultades", por lo que el Ejecutivo pondrá todos los recursos a su alcance para luchar contra el desempleo.

Sobre el fondo local de 8.000 millones, el líder socialista consideró que "va a marcar un antes y un después en el municpalismo español", y ha criticado al Partido Popular (PP) por no apoyar en su momento este fondo.

En una semana en la que el ministro de Industria, Miguel Sebastián, acusó del alto desempleo a las restricciones crediticias de los bancos, Zapatero dijo que los trabajadores no deberían pagar por los problemas económicos.

"Esta crisis no la han generado los trabajadores, no la han generado los trabajadores no, la gente normal, los ciudadanos comunes, esta crisis la han generado aquellos que no tienen escrúpulos y sólo piensan en la avaricia", declaró en un discurso ante alcaldes socialistas en un acto sobre el fondo estatal de inversión.

"Vamos a combatir la crisis fortaleciendo las políticas sociales y los derechos de los trabajadores. A tantos que piden el despido más fácil, o el despido más barato, o el despido libre, les tengo que decir que no", añadió.

España tiene uno de los costes de despido más altos de Europa para contratos fijos, y la patronal quiere una reforma laboral para facilitar la contratación de jóvenes e inmigrantes.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico dice que España necesita abordar esta medida y otras reformas estructurales para incrementar su competitividad y reducir el desempleo, que alcanzó el 14,4 por ciento en diciembre, con diferencia la tasa más alta de la Unión Europea.

Zapatero dijo que España tenía muchos problemas, pero que tendrían que esperar.

"Sí hay muchos problemas en España, claro que sí, y muchos proyectos, y muchas cosas a mejorar, e innovar y renovar pero en este momento (...) hay un sólo un problema, atender a las familias que tienen dificultades por el paro y cuanto antes hacer que vuelvan a tener trabajo", declaró.

Zapatero se ha abstenido de abordar reformas laborales después de que Comisiones Obreras amenazara con una huelga general si el Gobierno intentaba recortar beneficios de los trabajadores.

Su respuesta a la peor recesión del país en 50 años es un plan de infraestructuras de 11.000 millones de euros para crear más de 300.000 empleos, principalmente mediante 31.000 proyectos de obras públicas en pueblos y ciudades.

Ha presupuestado casi 50.000 millones de euros en ayudas impositivas y créditos estatales, así como hasta 50.000 millones de euros para respaldar a la banca, agotando el margen para respaldos fiscales.

El presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, aseguró desde Ginebra que Zapatero era un "temporal de ineficacia e incompetencia" y acusó al Gobierno de despilfarrar en plena crisis.

El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, defendió el domingo al Gobierno frente a las críticas de que estaba tardando en desplegar su programa de obras públicas, que empezará a crear puestos de trabajo en marzo.

"La velocidad de la crisis es tremenda; es una velocidad de huracán. Y la velocidad de las medidas es la del Estado de derecho", declaró al diario El País.

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