miércoles, 25 de marzo de 2009

AIG rescató a bancos en EEUU y el extranjero

NUEVA YORK.- Los 165 millones de dólares en bonificaciones pagados a ciertos empleados de la aseguradora estadounidense AIG despertaron la ira de los políticos en el Capitolio y el público en general, aunque algunos observadores critican un uso de los fondos públicos mucho mayor: el pago a diversos bancos _ algunos de ellos en Europa _ que fueron rescatados por los derivados que tenían asegurados con AIG.

Gran parte de los 182.500 millones que el contribuyente estadounidense prestó para evitar la quiebra de AIG fue utilizada en satisfacer las obligaciones contractuales de la empresa en los derivados llamados canjes de créditos impagados, especialmente a bancos de Londres, París y Francfort, así como otros de Wall Street.

Pese a que la American International Group, Inc. tuvo que ser intervenida por el gobierno, los bancos recibieron lo que les era debido, en lugar de ofrecerles un cobro parcial. El pago de la totalidad de las obligaciones contractuales de la aseguradora con los bancos fue necesario porque la empresa no se declaró en bancarrota ni fue disuelta.

De haber sido declarada en bancarrota, posibilidad garantizada sin la intervención gubernamental, AIG habría pagado solamente parte de esos contratos, o quizá nada. Además, los detractores del rescate sostienen que los gobiernos extranjeros deberían haber aportado por lo menos parte de esos pagos para apuntalar sus sistemas bancarios.

Algunos de los mayores beneficiados de la largueza del contribuyente estadounidense a través de AIG fueron Goldman Sachs, con 12.900 millones de dólares, y y tres bancos europeos_ el francés Societé Generale con 11.900 millones, el alemán Deutsche Bank con 11.800 millones y el británico Barclays PLC con 8.500 millones de dólares. Merrill Lynch, vendida apresuradamente por el gobierno al Bank of América tras ser intervenida, recibió 6.800 millones hasta el 31 de diciembre.

El analista independiente norteamericano Edward Yardeni consideró "extraño" la decisión de AIG de pagar a los bancos estadounidenses y europeos el seguro de sus contratos de derivados _ en lugar de negociar una reducción.

"Todos sabemos que en un mercado libre hay que aguantar los contratiempos", indicó el analista. "Y cuando el gobierno interviene para arreglar las cosas, deberían ser impuestas ciertas penas".

El gobierno acudió al rescate de AIG por temor a que su colapso arrastrara al sistema financiero mundial, empeorando la crisis financiera.

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