jueves, 12 de marzo de 2009

Angola, 'El Dorado' soñado de los portugueses afectados por la crisis

LISBOA.- Frente al desempleo y la precariedad laboral, cada vez más portugueses sueñan con emigrar a Angola, la antigua colonia de Portugal, convertida para muchos en el nuevo El Dorado.
La inmigración angoleña en Portugal se estancó en los últimos dos años, en cambio, los candidatos portugueses a la emigración son cada vez más, alentados por la estabilidad de aquel país petrolero que carece de infraestructuras y de personal ejecutivo después de 27 años de guerra civil.

Según cifras del consulado de Angola en Portugal, en 2008 se otorgaron 28.000 visas a ciudadanos portugueses.
"A fecha de 7 de marzo de 2009, ya hemos entregado más de 6.000 visas", explicó Cecilia Baptista, cónsul general angoleña en Lisboa, antes de destacar "el creciente interés de los jóvenes diplomados que, frente a las dificultades para encontrar un primer trabajo, se van a Angola".

En estos últimos días, con motivo de la visita a Lisboa del presidente angoleño, Eduardo dos Santos, la prensa portuguesa se ha hecho eco de los "dolores de cabeza administrativos" que enfrentan los portugueses que quieren salir de su país, denunciando las largas filas de espera y plazos que llegan hasta varios meses.

Hasta la Iglesia Católica criticó a principios de la semana los "obstáculos burocráticos" para recibir visados. "De pronto, algunos misioneros o laicos se van tres meses con visas de turista y vuelven a Portugal para renovarlas" y eso "¡cuesta muy caro!", se indignó el presidente de la Comisión Episcopal de Misiones, el sacerdote Antonio Couto.

Interrogado por la prensa, el consulado de Angola, que desde enero duplicó su horario de atención al público para la entrega de visados, subrayó la necesidad de un "control serio" frente al "incremento de declaraciones falsas y de documentación falsa", explicó Baptista.

El martes, ese problema fue evocado por el presidente angoleño y su homólogo portugués, Anibal Cavaco Silva.

"Hemos hablado del asunto y estoy convencido de que el problema se resolverá lo más rápido posible", dijo Dos Santos a la prensa portuguesa, que había elegido el asunto de los visados como la primera de las dos preguntas que podían hacer al mandatario angoleño.

"Siempre estaremos abiertos a recibir personal calificado y empresarios portugueses que confían en el Gobierno angoleño", añadió, prometiendo que se facilitará el otorgamiento de "visas con entradas múltiples".

Una manera diplomática de hacer entender a los portugueses que Angola no está dispuesta a recibir la miseria de su antigua metrópoli.

"Angola no es El Dorado donde el dinero cae del cielo", afirmaba el miércoles el Jornal de Noticias, que por las dudas aclaraba: "el hecho de hablar la misma lengua no significa que la mitad del camino esté hecha para tener éxito y vender sus productos o sus servicios".

Oficialmente, en 2008, unos 56.000 portugueses estaban establecidos en Angola, más que los 34.000 angoleños de Portugal, aunque según varias fuentes, las cifras son superiores en ambos casos.

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