Esta reestructuración pasa en particular por una reducción, a través de fusiones, del número de fabricantes, actualmente elevado, medida que Pekín trata de fomentar desde hace años.
Uno de los objetivos del plan para el período 2009-2011 es "reducir de 14 a 10 el número de grandes fabricantes, responsables de más del 90% de la producción y las ventas en el mercado chino".
En el marco del plan, dos o tres de ellos serían gigantes capaces de producir más de dos millones de unidades por año, mientras que otros cuatro o cinco alcanzarán el millón de unidades.
Pekín aspira a una producción total de diez millones de vehículos para el año en curso y un aumento promedio de producción de 10% en 2009-2011.
Según la Asociación de Fabricantes de Automóviles de China (CAAM), la producción alcanzó el año pasado 9,34 millones de unidades, registrando un aumento del 5,21% en comparación con 2007.
En 2008, las ventas crecieron un 6,7%, el primer crecimiento a un solo dígito desde 1999 para un mercado acostumbrado a tasas de más del 20%.
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