jueves, 5 de marzo de 2009

El BCE reclama 10.300 millones a cinco entidades quebradas

MADRID.- El presidente del Banco central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, informó hoy de que la institución reclama a cinco entidades quebradas el pasado otoño un montante de 10.300 millones de euros en relación con las garantías ofrecidas por estos bancos en las operaciones de refinanciación llevadas a cabo en el marco del Eurosistema.

En concreto, el banquero francés señaló que las entidades que no lograron hacer frente a sus obligaciones fueron Lehman Brothers Bankhaus, tres filiales de bancos islandeses y la entidad holandesa Indover.

Las operaciones de política monetaria que originaron estas pérdidas potenciales fueron llevadas a cabo por los bancos centrales de Alemania, Luxemburgo y Países Bajos de acuerdo con las normas y precauciones del Eurosistema.

"Los contrapartes en cuestión remitieron colaterales elegibles de acuerdo con las reglas del Eurosistema. Estas garantías, en su mayor parte compuestas de titulizaciones de activos (ABS) cuenta con una liquidez limitada bajo las excepcionales condiciones de los mercados", señaló el BCE, que reconoció la dificultad de valorar cuándo puede alcanzarse una resolución.

A este respecto, la institución emisora determinó que en el caso de materializarse algún déficit, este sería compartido por los bancos miembros del Eurosistema.

Asimismo, el consejo de gobierno del BCE decidió que los bancos del Eurosistema establecieran en su correspondiente proporción una provisión en las cuentas de 2008 para prevenir las posibles pérdidas derivadas de estas operaciones. Esta provisión alcanza en total los 5.700 millones de euros, aunque será revisada anualmente.

Por otro lado, el consejo de gobierno del BCE aprobó hoy las cuentas anuales de la institución que arrojan un resultado neto positivo de 1.322 millones de euros.

En el transcurso del ejercicio, la institución presidida por Jean Claude Trichet alcanzó un superávit de 2.661 millones de euros, nueve veces por encima del sumado en 2007, lo que refleja el efecto de la apreciación del euro frente al dólar y, en menor medida, frente al yen.

No obstante, tras valorar la exposición del BCE, el consejo de gobierno determinó provisionar 1.339 millones de euros de este saldo positivo frente a los riesgos ligados al tipo de cambio, los tipos de interés y el precio del oro.

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